Entre tantos problemas que tiene la Argentina se encuentra la educación. La crisis económica, las urgencias sociales y la vorágine política muchas veces sacan de la agenda el tema, por lo que no está demás reiterar que también el sistema educativo se halla en emergencia, con la mitad de los alumnos que finalizan la escuela secundaria sin alcanzar los conocimientos básicos en Matemáticas.
Alarmante conclusión a la que llegan distintos organismos y entidades que auscultan permanentemente, por ejemplo, los resultados de las pruebas Aprender en todo el país. Si bien se trata de un promedio nacional, al comparar las realidades provinciales se detecta una importante desigualdad entre jurisdicciones que agrava aún más la cuestión.
Mientras que en algunos distritos -los menos- apenas tres de cada 10 alumnos quedan por debajo del nivel básico de conocimientos en Matemáticas; en la mayoría de las provincias del norte las cifras prácticamente se duplican. Sin embargo, ni siquiera las provincias con mejores performances están a la altura si se las compara con otros países, lo cual significa que la calidad educativa argentina deja mucho que desear hasta en las provincias con resultados superiores.
Tomando a los cuatro o cinco distritos que aparecen en una situación intermedia se tiene un buen parámetro para observar la complejidad del panorama. En esa franja, sólo un tercio y pico del alumnado es capaz de demostrar un desempeño satisfactorio o avanzado. Visto de otra manera, más del 60 por ciento de los estudiantes está por debajo o en el límite de los conocimientos básicos. Esto, reiteramos, tomando solamente a las provincias con rendimiento intermedio en los exámenes. Las que figuran por debajo, obviamente, están peor.
El Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) hace una precisión importante, en términos del proceso global de enseñanza-aprendizaje de las Matemáticas en todo el país: “la situación no es tan alarmante en el primario, de modo que estamos frente a un problema que se profundiza a medida que el alumno avanza en el sistema escolar, cuando se supone que debiera pasar exactamente lo contrario”.
Esta es una de las razones principales que explican por qué la graduación universitaria en nuestro país es una de las más bajas en América latina. Porque quien no puede resolver problemas matemáticos con solvencia no logra comprender determinados planteos lógicos. Esto dificulta, entonces, tanto la formulación de un razonamiento como el seguimiento de una argumentación.
Las mencionadas competencias son imprescindibles para el estudio de muchas carreras universitarias, donde el aprendizaje específico de la matemática ya no está presente pues se da por descontado. Ergo, aprender matemáticas en el primario y profundizarla en el secundario son pasos previos fundamentales.
Gane quien gane en octubre, la prioridad es una reforma educativa, que deberá ser acordada entre autoridades nacionales y provinciales. Si no se mejora la calidad de la enseñanza cuanto antes, La tragedia educativa, el libro de Jaim Etcheverry, seguirá teniendo pleno vigor.