Acabas de salir de la consulta del médico con el diagnóstico de cáncer de mama. Aquel bultito que notaste hace un tiempo se convirtió en la peor de tus pesadillas. Desde CEDIC Formosa, Centro de Diagnóstico por Imagen Computada, quieren que sepas que “no estás sola”. Ante una situación así aconsejan: “Es necesario que te rodees del cariño de tu familia y amigos y saber que muchas mujeres han pasado por lo mismo. Y hay una cosa muy importante a tener en cuenta: muchas mujeres lo han superado”.

En el Mes de Sensibilización y Prevención del Cáncer de Mama, CEDIC Formosa comparte los testimonios de mujeres que vivieron la enfermedad de cerca.

“Dios lo puso todo en mi camino”

Ida Filipigh es una vecina del barrio Independencia de esta ciudad y tiene 62 años. Admite que hacía muchos años que no se realizaba una mamografía y que, al no contar con obra social, no estaba en sus planes hacerse una. El año pasado, estando en una clase de pilates se enteró de que en el CEDIC estaban realizando mamografías 2 x 1, es decir, por cada mujer que se hacía el estudio se le regalaba una mamografía a otra mujer que no contara con obra social.

“Al enterarme de esa promo, aproveché porque hacía varios meses que sentía una pelotita en la zona del busto. Con ese estudio pude saber que tenía un cáncer de mama, grado 2. A partir de ahí la cosa cambió. Continuó una biopsia, más estudios, una cirugía para sacarme los ganglios y el tumor, y 25 sesiones de radioterapia”, relató.

Si bien Ida es conocida como una persona muy alegre y activa, fue necesario el gran apoyo de sus hijos Rolando y Marlene para fortalecerse. “Siempre fui acelerada, muchos me conocen como la viejita loca, siempre trato de mirar la vida con una actitud positiva, pero hubo momentos en que decaí”, admitió.

La enfermedad tiene sus altibajos y no sólo afecta a la persona que la tiene, sino a todo su entorno.

“Cuando pasan estas cosas, uno lo primero que pregunta es: ‘¿Por qué a mí?’. Luego decidí cambiar mi pensamiento, porque Dios lo puso todo en mi camino para salvarme. En octubre de 2019, gracias a la campaña de prevención de CEDIC pude saber que tenía cáncer, una palabra que asusta mucho, y en diciembre me operé. Cuando empezó la pandemia estaba en Corrientes, haciéndome radioterapia; pude ingresar a la provincia e hice cuarentena. Hoy estoy en casa, cuidándome. ¿Qué es lo importante? ¡Que estoy viva!”, expresó.

Ida ve la mano de Dios en todos los sucesos que ocurrieron a partir de octubre del año pasado. “Estoy acá porque me lo detectaron a tiempo, porque tuve una mente positiva y la fe de hierro, porque mis hijos me apoyaron, porque en el camino me encontré con médicos grandiosos, como las doctoras Valeria Toledo, Diana Gayoso, Griselda Irala, el Dr. Pereira… la Lic. Paola Acosta, e incluso, luego de estar separada 20 años, reencontré el amor. Conocí a un hombre muy bueno, que también me acompañó en el proceso”, contó.

Agradeció a su profesora y compañeras de pilates y “más aun a una muy especial: Diana, quien es muy modesta, por eso no voy a dar su apellido, pero le agradezco de corazón”.

^{Ida Filipigh.}

“Lo único que le pedía a Jesús es poder estar en el 15 de mi nieta”

María Estela Viard es una vecina de la ciudad de Clorinda, tiene 68 años. Hace 16 años fue diagnosticada con cáncer de mama. Tuvo múltiples operaciones, quimioterapia, estudios de toda índole y un arsenal de medicinas… Lo único que le pedía a Jesús es poder estar presente en la fiesta de 15 años de su nieta, y estuvo. El día en que su médico le informó que había superado la enfermedad, admite, lloró “como una loca”.

El viernes 6 de agosto de 2004 recibió el informe de la mano de los estudios solicitados por el Dr. Humberto Capello, en Formosa.

Estela asegura que su enfermedad se desencadenó a raíz de una situación emocional muy fuerte que la sumió en una profunda depresión. “Me empezó a doler el pecho, hice las primeras consultas con personas conocidas, pero me dijeron que el cáncer no duele”, recordó.

Sus hijos Nora y Gabriel fueron quienes no la dejaron estar y le insistieron en que se haga estudios, para descubrir la causa de ese dolor intenso.

Fui a Buenos Aires, allí detectaron el cáncer. Regresé a Formosa para completar los estudios que me pidieron y el tratamiento.

“Ahí hay un tema, tenía que regresar a Buenos Aires para el tratamiento, pero no quería estar lejos de mis hijos. Les pedí hacer el tratamiento en Formosa, pensaba que, si me tenía que morir, que sea cerca de mis hijos”, contó.

^{María Estela Viard}

“Cuando me dijeron que lo peor había pasado, lloré como loca”

Estela cuenta que la parte más difícil del tratamiento es la quimioterapia y el contacto con otras personas que padecen la misma enfermedad, y que a veces no la superan.

“Tenía miedo. A nadie le deseo esa quimio. Tuve compañeras que quedaban por el camino y mi estado anímico tenía muchos altibajos, siempre me acuerdo del Dr. Javier Carriego, mi oncólogo, él me consoló tanto, fue tan bueno y comprensible. Doy gracias a Dios por haberlo puesto en mi camino”, agradeció.

“A la semana de tratamiento me quedé calva, recuero que mi hijo me mandó a hacer dos pelucas. Tengo hijos tan buenos, tan hermosas personas, tan compañeros conmigo. Nora y Gabriel son mi fortaleza”, confesó.

“Luego de 5 años de tratamientos, lloré como una loca cuando me dijeron que de ahora en más debía hacerme los controles cada seis meses y luego cada año, pero que lo peor había pasado. Muchas veces me siento cansada de tantos estudios y tratamientos, pero encuentro la fortaleza en Dios y decido ser agradecida: estoy viva, puedo ver a mis hijos y nietos. Mi misión en esta tierra aún continúa”, concluyó.

^{Nancy Evangelina Santucci}

Nancy Evangelina Santucci tiene 45 años y vive en Clorinda. Es docente. A principios de febrero de este año sintió una molestia en la mama derecha.

Consultó de inmediato con el médico y, tras una serie de estudios (mamografía y ecografía mamaria) realizados en el CEDIC, le diagnosticaron cáncer de mama el 4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer.

“La doctora Irala, excelente profesional, me brindó contención y la mejor atención. Me operó el 6 de marzo (tumorectomía) y luego realicé seis ciclos de quimioterapia cada 21 días con la doctora Collados”, contó.

Evangelina, luego de su experiencia, da testimonio de que “la detección temprana, la contención familiar y profesional, la actitud positiva y la profunda fe, me permiten hoy disfrutar de salud, porque luego de repetir estudios, los resultados fueron buenos”.

Su consejo para todas las mujeres es hacerse los estudios de rutina y, “si sos diagnosticada, aferrarse al lazo rosa para vivir la vida como una sobreviviente y guerrera”, enseñó esta valiente mujer clorindense.

¿Qué es el cáncer de mama?

El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control. Existen distintos tipos de cáncer de mama y estadios, dependiendo de cuándo llegara ese diagnóstico.

A partir de los 35 años, se recomienda una ecografía mamaria anual, como estudio de primera línea. A partir de los 40 años, todas las mujeres deben realizarse una mamografía al año.

En CEDIC Formosa cuentan con tecnología de última generación y profesionales especializados para brindar atención completa. Cada año, en octubre, realiza un gran esfuerzo empresarial para contribuir en la prevención y detección precoz del cáncer de mama, misión muy personal que realizan con mucho amor. Este año se sortean 10 mamografías gratis para mujeres sin obra social, se brinda información de primera mano en los medios de comunicación y se regalan barbijos de color rosa luego de las mamografías. “El cáncer de mama, si se detecta a tiempo, se cura. Querete, cuidate, tocarse es prevenir”.