Por sus características de juego, el pádel es un deporte donde no hay contacto físico. A partir de ese eje y con los cuidados pertinentes, la actividad volvió en gran parte de la Argentina pero en Formosa sigue sin ver la luz.

En ese sentido, la jugadora Agustina Figueroa evaluó que “el protocolo que hicieron para pádel estuvo muy bueno y se basó mucho en el reglamento de Corrientes. Allá está todo abierto pero acá no te dejan hacer nada tampoco”.

“A nivel provincial, nuestro protocolo está muy rígido. Yo trabajo para la Asociación (AForPa) y la verdad que el presidente -Sergio Maza- se mueve pero no hay respuestas por parte del Gobierno. Ya pasaron cuatro meses, es muchísimo”, agregó.

Consultada por cómo se adapta a la situación, Figueroa dijo: “Yo estoy en un momento muy feo. Estaba a cargo del Club Bancario junto con mi mamá y Pablo Cerutti, doy clases ahí y lo entreno a Martín Regis, que venía jugando muy bien los últimos torneos; era lo que me daba de comer a mí. Ahora estoy trabajando en otra cosa totalmente diferente al deporte”.

A la espera del retorno de la paleta, la formoseña avisó que comenzó de nuevo con la dieta aunque sin hacer físico, ya que está metida de lleno en su otro rubro “haciendo cosas dulces para vender porque no hay otra cosa. Nosotros dependemos mucho del club y en mi casa somos mi mamá y yo solas”, detalló.

Si bien vive un contexto de incertidumbre, Figueroa sabe perfectamente lo que quiere: “Yo estoy a punto de cumplir 20 años y me tengo que centrar en lo que quiero realmente. Obvio que quiero seguir jugando al pádel y en la forma profesional para llegar al World Padel Tour, pero está costando un poco. Por ahora me propongo mantener la economía y cuando arranque de vuelta voy a empezar al tope”.

“Yo el año pasado jugué dos o tres AJPP, no recuerdo bien, y la Nº 2 del circuito me felicitó porque le encantaba mi pádel y que le tenía que meter ficha, obviamente quedé fascinada”, cerró.