Uno de los grandes desafíos que tendrá la próxima administración nacional será crear las condiciones necesarias para generar empleo genuino, lo cual implica originar un contexto económico favorable a la realización de inversiones, el aumento de la producción y la creación de la demanda laboral que se requiere para reducir los alarmantes índices de desocupación que presenta hoy la Argentina.
Medios nacionales informaron que solo en el último año, la Argentina perdió 155.000 empleos registrados por año. Entre junio de 2018 y junio de 2019 se perdieron 14.347 por mes. En este sentido, la desocupación alcanzó los dos dígitos en el segundo trimestre de 2019, trepando al 10,6%. Creció 4,7 puntos porcentuales en relación a 2015 y un punto porcentual en relación a 2018. Se estima que hay 2,2 millones de desocupados en la Argentina. En lo concerniente al empleo privado, se llevan perdidos 228.159 puestos en junio con respecto a un año y medio atrás.
Estas cifras confirman la tendencia de los últimos años. La crisis económica, en el sector del comercio minorista y de la industria, afectó fuertemente la creación de empleo privado formal. En el llamado “empleo de calidad”, los puestos de trabajo del sector privado protegidos por la ley de contrato de trabajo habían tenido un crecimiento del 2,7% en el período que va desde diciembre de 2011 hasta noviembre del 2015. Esto redundaba en la creación de unos 167.300 puestos de trabajo formales en el sector privado. Sin embargo, la debacle económica registrada entre 2016 y este año implicó que la pérdida alcanzase los 194.200 puestos de trabajo (-3,1%), con lo cual se cayó a niveles inclusive previos a diciembre del 2011.
Por otra parte, uno de los integrantes del equipo económico del presidente electo, Alberto Fernández, señaló que se requiere un mayor impulso de diferentes sectores productivos, aclarando que si bien el sector agroexportador es el principal generador de exportaciones y de actividad económica en numerosos pueblos del interior, el peso de este sector en el Producto Bruto Interno del país es bajo -solo el 10%-, y su contribución a la creación de empleo es muy baja. Por ello, se requiere una marcada apuesta a la industria nacional y a la labor de las pequeñas y medianas empresas, que originan cerca del 70% del empleo formal de la Argentina y requieren medidas urgentes para sostener su actividad, como financiamiento a tasas bajas y reducción de cargas laborales.
También, se debe pensar en una mejor formación para el trabajo en las diferentes instancias del sistema educativo, teniendo en cuenta la expansión de las nuevas tecnologías y una actividad industrial cada vez más intensiva en lo referente a conocimiento y servicios.
Por lo expuesto, resulta necesario que a partir de diciembre, se generen los consensos que permitan impulsar todas aquellas decisiones que sean indispensables para garantizar la sustentabilidad de las PyMEs y brindar una adecuada formación para la juventud y para todas aquellas personas de diferentes edades que quieran acceder a un empleo.