En una reciente entrevista concedida a este medio, un reconocido referente de la lucha contra el abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes señaló la importancia de que la Educación Sexual Integral sea implementada de manera efectiva en todos los establecimientos educativos del país, entendiendo que es una herramienta fundamental para que los educadores y los demás adultos puedan identificar, a través de las conductas de los niños y niñas, si un niño o niña sufrió algún tipo de violencia. Por ello, y mientras las autoridades resuelven la forma en la cual se desarrollará el Ciclo Lectivo 2021, resulta indispensable que en los gobiernos y en la sociedad en su conjunto haya una mayor valoración acerca de los beneficios que genera la ESI.

A través de un informe, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento detalló que las normas sociales de género conforman uno de los tres grandes determinantes que condicionan la autonomía económica de las mujeres, junto con las tareas de cuidado y la educación. Estas normas refieren al comportamiento esperado de cada persona según su género, entendido de forma binaria, en un contexto social específico, y la reproducción de estos determinantes limita las oportunidades, la autonomía y el pleno goce de derechos de quienes se alejan de estos mandatos. A su vez, los perjuicios son aún mayores para las personas transgénero o con identidades de género no binarias.

Además, el CIPPEC señaló que las personas internalizan estas representaciones sobre los géneros desde edades muy tempranas y, a lo largo de la vida, el entramado de normas se reproduce y refuerza en la interacción social y con el entorno.

Por lo tanto, los sistemas educativos tienen un rol clave para revertir la reproducción de determinantes, y los programas de educación sexual son un gran instrumento para lograr este objetivo, al igual que para reconocer y denunciar toda situación de violencia.

No obstante, hay numerosos establecimientos educativos a lo largo de la Argentina en los cuales aún no se implementó la ESI en su totalidad; y la posibilidad de incorporar estos contenidos tuvo un nuevo obstáculo con la suspensión de las clases presenciales a raíz de la pandemia y de la cuarentena.

Por último, el Centro subrayó la necesidad de avanzar en un plan para lograr que en cada comunidad se internalice el enfoque conceptual de la ESI mediante estrategias concretas para aumentar la participación de todos los actores de la comunidad educativa, desde docentes hasta familias y, principalmente, los y las estudiantes. También, se requieren más y mejores capacitaciones sobre la ESI para el personal docente.

El cumplimiento efectivo de la ley de Educación Sexual Integral en todo el territorio nacional es uno de los grandes objetivos que deben ser cumplidos por las autoridades, con el acompañamiento de diferentes actores sociales que estén dispuestos a crear conciencia en las comunidades acerca de la importancia de reconocer y denunciar todo hecho de violencia hacia toda persona de cualquier edad y género.