Moisés tiene 60 años, es de poco hablar y con la expresión en el rostro de una vida marcada por la soledad. Angelina es dos años mayor, la vida fue más bondadosa con ella permitiéndole formar una familia y refugiada fuertemente en Dios.

Cuando eran muy pequeños fueron traídos por su padre a Formosa y puestos al cuidado de una tía. Este cambio de vida fue a tan corta edad que ni siquiera recuerdan el lugar exacto donde nacieron; sólo saben que vinieron del interior de Paraguay. Por lo poco que Angelina conoce de su historia, la madre de ellos era muy joven y había tenido dos hijos previamente con otro hombre. En aquel entonces, su situación de vida era difícil, por lo que decidió entregar a sus hijos a familias que les brinden un mejor futuro, pero siendo tan chiquitos Angelina y Moisés, y ante la incertidumbre de cuál sería el destino de sus hijos más pequeños, su padre decidió dejarlos al resguardo de una hermana que residía en esta provincia.

Viviendo en Formosa, la situación tampoco fue ideal, pero compartieron la infancia juntos, hasta que Angelina, siendo apenas adolescente, se casó y fue a vivir a la ciudad de El Colorado. En ese momento se despidieron sin saber que iba a ser la última vez que se verían en mucho tiempo.

Pasaron 20 años sin saber uno del otro, hasta que, inesperadamente, un hombre golpeó las puertas de la casa de Angelina. Sorpresivamente se trataba de su hermano. En ese momento, Moisés libraba fallidas batallas contra el consumo, encontrando en el alcohol un desahogo casual que llenara los vacíos de una vida hostigada. Por circunstancias de la vida, éste no fue el momento para superar juntos las dificultades que signaron su vida y a pesar de los intentos, Moisés decidió alejarse.

Regresó a la capital, donde vivió en situación de calle por muchos años, recorriendo a la deriva los barrios La Pilar y Mariano Moreno, siendo la esquina de Gutnisky y Juan José Castelli el lugar elegido para refugiarse por las noches. Sobrellevaba los días con lo poco que le brindaban los vecinos, hasta que en una recorrida de los operadores de calle del Ministerio de la Comunidad su suerte comenzó a cambiar. Era evidente que no se encontraba bien y sin dudar aceptó la ayuda, siendo acogido en el refugio para personas en situación de calle. Durante un mes la comida y una cama donde dormir sirvieron de ayuda para recuperar fuerzas y darle pelea a la difícil abstinencia.

Entre charlas e historias en el refugio, Moisés mencionó a su hermana y ese fue el puntapié inicial para un nuevo comienzo. A través de un intenso trabajo de búsqueda, se logró contactar a Angelina, quien durante años se preguntó qué habría sido de la vida de su hermano y hasta llegó a imaginar lo peor. “Cada vez que venía a Formosa se me secaban los ojos de tanto mirar, esperando verlo en algún lugar”, fueron sus palabras cuando contaba cuánto anhelaba encontrarlo.

En los primeros días de agosto, ante la visita de un personal del Ministerio, Angelina, atónita, recibió la tan ansiada noticia: 28 años después, nuevamente, volverían a encontrarse. Un sueño casi imposible para ella. A partir de ese momento y sin dudarlo, decidieron curar las heridas y salir adelante juntos.

Hoy, Moisés recupera fuerzas de a poco bajo el cuidado de los suyos. Su hermana le brinda todo el cariño que no pudo darle en tantos años, su cuñado es un sostén importante que lo ayuda a asumir su pasado y superar las adversidades, los vicios como el alcohol y el cigarrillo quedaron a un lado y la iglesia comenzó a ser una opción para sanar su espíritu. No hay duda de que está decidido a cambiar, no quiere volver a su vida interior y ambos proyectan “tener una vejez feliz juntos”, como lo expresó Angelina. De ahora en más, no sólo queda recuperar momentos, sino también abrazos.

Un estado presente

El Gobernador Gildo Insfrán sigue llevando adelante acciones tendientes a disminuir la presencia de personas en situación de calle mediante las atenciones brindadas desde el Refugio del barrio Lote 111, dejando en evidencia que es una medida permanente y no circunstancial dirigida a las personas en situación de vulnerabilidad.

Si bien las bajas temperaturas del crudo invierno fueron las que dieron el puntapié al Ministerio de la Comunidad para llevar adelante el funcionamiento del programa, hoy, pese a que las condiciones climáticas mejoraron, la actual situación económica que atraviesa el país sigue siendo un agravante que condiciona y excluye a cierto sector de la sociedad. Ante este contexto, dichas acciones continúan con normalidad, pero con la gratificación de saber que la Comunidad ya lo reconoce como tal y tanto las diferentes instituciones sociales como la población en general, hacen uso de las prestaciones brindadas, consolidándose de esta manera la red de contención necesaria.

Algo que caracteriza a esta gestión de Gobierno es la previsión y anticipación de soluciones a momentos difíciles que pudieran afectar a la población. Formosa es una de las pocas provincias que cuenta con políticas de Estado anticíclicas, pensadas para contener y beneficiar a los sectores más vulnerables en momentos críticos, como lo son el Plan Provincial Alimentario Nutrir, el Programa de Subsidio Provincial Esfuerzo Formoseño, el Programa Mejor Calidad de Vida, por citar algunos ejemplos.