Más de 2.300 competidores de 25 países fueron parte de la Copa del Mundo de Taekwondo Unificado que se llevó a cabo en la ciudad brasilera de Foz de Iguazú. Fueron tres días de competencia donde Formosa se presentó con cuatro chicos y todos se subieron al podio de ganadores.

Enzo Vicente se colgó la medalla dorada en la modalidad lucha de la categoría Juvenil en más de 70 kilos, mientras que Sebastián Balbuena se subió a lo más alto de la base en formas de la divisional Menores entre 5 y 6 años. Asimismo, Leandro Hermida conquistó el bronce en lucha de la clase Juvenil hasta 65 kilos y Leandro Ramírez obtuvo otra de bronce pero en formas entre los Adultos.

El profesor de los protagonistas, Juan Vicente, esperaba buenos resultados en este certamen aunque las habilidades mostradas por sus dirigidos lo sorprendieron: “Desde el 2011 salimos a competir internacionalmente. Anduvimos por Chile, Lima y Paraguay, venimos rozándonos con competidores de alto nivel y la verdad que siempre vamos con las expectativas de andar bien pero sorprende que tengamos buenos resultados”.

“Competir en un nivel así ya es algo positivo, ver otros estilos y formas de entrenamiento que tienen chicos europeos, de Estados Unidos o Canadá que tiene una potencia bárbara; eso se aprende y después buscamos implementar nosotros”, agregó el entrenador.

La histórica presea de oro que se adjudicó E. Vicente es sin dudas el fruto de los 13 años de entrenamiento que lleva, aunque su rendimiento en otros torneos de esta magnitud ya lo perfilaban como un candidato: campeón sudamericano en Chile 2011 y Perú 2017; subcampeón panamericano en Asunción 2014 y Buenos Aires 2016; y tercero en el Sudamericano de Brasil 2015.

Si bien era su primera Copa del Mundo, no se achicó ante el desafío. Perdió en la primera ronda de formas pero eso alimentó aún más su deseo de conseguir algo y en la lucha dejó todo para consagrarse el mejor en más de 70 kilos.

“Un poco estaba en la duda. Fue un camino largo en el que tuve muchas caídas y sin embargo con ayuda me pude levantar”, indicó un feliz Vicente que venció en semifinales a un seleccionado de Sudáfrica y en la definición derrotó a un integrante del argentino.

Contento también está Ramírez “por traer algo, lo esperaba pero la emoción todavía la tengo muy fuerte dentro mío. Fue una experiencia hermosa porque cada torneo es único, pero este fue especial por ver gente de diversos países”, manifestó.

“Me quedé con una espina porque siento que pude haber dado mucho más, pero es algo para mejorar en otro evento que tengamos próximo, quedó pendiente”, añadió.

Ramírez fue otro que hizo su debut en una Copa del Mundo. Empezó en el taekwondo desde chico y luego por cuestiones personales lo dejó para volver en el 2008 a la práctica y nunca más soltarla. Su dedicación se vio recompensada.