La localidad de María Cristina se encuentra ubicada a poco más de 600 km de Formosa capital y el Hospital más cercano está a 120 km de allí; en Ingeniero Juárez. En ese marco, un actor social importante para la comunidad es el chofer de la ambulancia. Hoy, María Cristina perdió a uno con la partida de Titilo Samora.

Desde el año 2003, Samora se desempeñaba como chofer de la ambulancia de la alejada localidad de María Cristina. El sábado 6 había trabajado todo el día y al terminar su turno volvió a su casa como cualquier otra jornada pero, alrededor de las 22 fue nuevamente hasta el Centro Integral Comunitario donde aún estaba atendiendo la Dra. Irma Lottero y pidió que lo dejen pasar porque no se sentía bien y le urgía ser atendido. A pesar de los esfuerzos por reanimarlo, Samora -que había llegado con una dificultad respiratoria-, murió a causa de un paro cardiorespiratorio.

Isaías Fernández, un referente vecinal de la localidad se comunicó con La Mañana para comentar lo ocurrido. “Es muy triste lo que pasó con Titilo. La doctora alcanzó a atenderlo, pero no pudo hacer nada”.

Por su parte, la Dra. Irma Lottero explicó a este matutino que “Samora era hipertenso y cuando llegó al consultorio tenía una dificultad respiratoria, al rato, mientras lo atendíamos le dio un paro cardiorespiratorio y falleció. Todo pasó en cuestión de 20 minutos. El velorio fue el domingo y todos acompañamos a su familia, vino mucha gente no solo del pueblo sino de localidades vecinas. Incluso vinieron desde El Chorro para acompañar a la familia”.

El agente sanitario Titilo Samora nació el 21 de enero del año 1962 en el paraje Santa Teresa. A lo largo de su vida no solo fue el chofer de la ambulancia de María Cristina por 16 años sino también fue el que llevaba el agua potable en camiones a los parajes de la zona.

Su familia está compuesta por seis hijos y siete nietos, de los cuales dos son MEMAS (Maestros Especial de Modalidad Aborigen). Desde muy joven aprendió a manejar viendo como otros mayores lo hacían; así condujo incluso un tractor transportando agua a las diferentes comunidades.

“Siempre respetuoso, servicial y amable con la gente tanto criolla como sus paisanos”, así lo recordó la Dra. Lottero.

Cabe mencionar que Samora también se desempeñó como cocinero en la Escuela Nº 284 participando activamente de la Comisión Cooperadora.

Teniendo en cuenta que se desempeñó como agente del área durante 16 años, Lottero recordó una de muchas anécdotas que compartieron juntos. “Hace 10 años atrás teníamos una embarazada de 16 años, y se la trajo a la sala porque tenía contracciones. Justo, Titilo estaba de guardia”.

Fue entonces que Lottero y Samora se prepararon para la evacuación. “Titilo preparó nuestra caja de parto. La paciente estaba con suero, la subimos a la ambulancia y fuimos. En el camino el marido golpea las paredes de la ambulancia. Paramos y le dice a Titilo en su lengua que ella quería hacer fuerzas. Paramos a un costado de la ruta, la revisé y el bebé ya estaba encajado; estaba por nacer”, recordó la profesional.

“Nos pusimos los guantes y la ayudamos. El bebé nació bien, clampeamos el cordón, estabilizamos a la mamá y seguimos viaje hasta Juárez para que ellos reciban la atención adecuada”, señaló y destacó que “Titilo tenía la experiencia que le habían dejado ‘los antiguos’ junto a quienes ya había asistido partos”.

“Él estaba contento porque ayudó a que el bebé naciera sin inconvenientes. Es que acá era común enfrentarnos a situaciones complicadas en partos y hubo casos donde no pudimos lograr que lleguen con vida a Juárez y eso nos ponía mal. Esta es una de tantas anécdotas que tuvimos juntos. Lo vamos a extrañar”, comentó la Dra. Lottero.