La doctora y coordinadora de Ambiente y Transición Energética de la Municipalidad de Formosa, Laura Díaz Roig, representó a la Comuna local en la Cumbre Mundial de Economía Circular, que se desarrolló en la ciudad de Córdoba los días 15 y 16 de junio. De regreso, la funcionaria sostuvo que es posible “utilizar tecnología aplicada al cuidado del medioambiente sin grandes inversiones” e invitó a un “cambio de paradigma” en la producción para alcanzar un programa sostenible en el tiempo con menor impacto natural o climático.
En diálogo con La Mañana, Díaz Roig señaló que el evento internacional en la capital cordobesa contó con una “imponente convocatoria de disertantes y feriantes” que durante dos días expusieron experiencias referidas a desarrollos ambientales, tanto desde el ámbito privado como estatal, en un espacio de intercambio de conocimientos que sirvió para descubrir nuevas prácticas sustentables.
“En esta segunda edición, fuimos invitados por el intendente de Córdoba a una Cumbre de Economía Circular de la cual participaron empresas, municipios, entidades bancarias, científicos, funcionarios y expositores que, a través de paneles muy amplios, abordaron la necesidad de un cambio cultural sobre el cuidado del ambiente desde una mirada productiva distinta, tomando conciencia de lo que consumimos y cómo reutilizamos los desechos en una economía circular que tiene a la sustentabilidad, con el menor daño posible a la naturaleza”, remarcó la funcionaria a La Mañana.
Según su lectura, la ciudad de Formosa, en la búsqueda de su perfil moderno, inclusivo y sustentable, podría aplicar la tecnología en la protección del medioambiente, con baja inversión pero con “mayor creatividad y conocimiento de los nuevos desarrollos”.
“El principal desafío nuestro es mantener el equilibrio en una ciudad que genera problemas con el crecimiento urbano o poblacional. No sólo en el tratamiento de los residuos, por ejemplo, sino también en el proceso productivo o industrial, donde intervienen lo público y lo privado, el Estado y las empresas, las cuales deben asumir un cambio de paradigma para que la producción dañe lo menos posible la naturaleza y la búsqueda de materia prima tenga alterativas”, apuntó.
Y agregó: “Muchas veces, el desconocimiento es una limitante, pero un evento de estas características nos enseña a agudizar la creatividad y avanzar en nuevos objetivos, creando mesas de trabajo para que lo aprendido se aplique o ejecute en la planificación de políticas públicas”.