Ante el compromiso abierto en la defensa de la selva y de todos los seres vivos que en ella habitan, así como por la defensa del Bañado La Estrella, el segundo humedal más grande de Sudamérica, situado al Norte de Las Lomitas, que fue elegido como una de las siete maravillas naturales de Argentina, la comunidad Pilagá de La Esperanza fue declarada “Kilómetro Cero Mundial contra la Deforestación”.

Vale remarcar que el Bañado La Estrella posee un largo que oscila entre los 200 y 300 km y un ancho entre los 10 y 20 km. La reserva comprende 220.000 km de largo y 20 km de ancho; una extensión de 400.000 hectáreas o 4.000 kilómetros cuadrados.

El territorio de la comunidad aborigen Pilagá de La Esperanza se encuentra ubicado a poco más de 350 km al noroeste de Formosa, fue declarada por el Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial como kilómetro cero contra la deforestación. Esta etnia tiene más de 30.000 hectáreas en posesión de sus tierras en diferentes zonas de la provincia.

Emergencia forestal

Desde el Corredor Biológico Mundial, cuyos miembros del Comité Internacional lo integran personas, instituciones nacionales e internacionales, pueblos indígenas vinculados a la defensa, el estudio e investigación del medio ambiente, la biodiversidad y la naturaleza, destacaron el compromiso del pueblo Pilagá con la defensa del monte y contra la deforestación.

La decisión del CICBM es por considerar a la región del Gran Chaco como el sistema boscoso continuo más grande y biodiverso de América del Sur, detrás de la Amazonia.

A causa de la deforestación en los montes nativos, Argentina se encuentra en emergencia forestal. La mitad del desmonte que se produce es ilegal, según afirman desde Greenpeace. Asimismo, se manifestó que Argentina es el país de Sudamérica en el que quedan menos yaguaretés. Se estima que quedan solo cerca de 250 individuos. Pero en la región del Gran Chaco se produjo una importante disminución en la última década y hoy se estima que hay menos de 20. La ONG ambientalista también señaló que para poder sobrevivir cada animal necesita aproximadamente 40.000 hectáreas de bosque continuo y en buen estado de conservación.

Por otra parte, un dato no menor figura en el informe del 2020 del Sistema de Alerta Temprana de Deforestación, emitido por el Ministerio de Ambiente de Nación, que indicaba que se había registrado un total de 11.504 alertas por deforestación que representan una superficie de 4.128.517 has destruidas en las regiones del Parque Chaqueño (subregiones semiárida, húmeda y parte de las subregiones serrano, árido y de transición) y yungas.

Las provincias que registraron mayor cantidad de alertas, la mayoría por incendios forestales, fueron: Santiago del Estero, Formosa y Chaco. Desde el 2016 a 2018 la tasa de deforestación volvió a aumentar.

La destrucción de los montes nativos por la deforestación es innegable no solo en Argentina sino también en Paraguay que comparte grandes extensiones de suelo con las provincias del Norte, donde se han deforestado grandes áreas para la ganadería.

Importancia del Kilómetro Cero

Luis Osvaldo Caballero, cacique y docente de Jardín de Infantes, miembro del Consejo del Pueblo Pilagá y presidente de la Federación de Comunidades del pueblo Pilagá, festejó la decisión, debido a la importancia de la declaración del kilómetro cero mundial contra la deforestación.

“Debemos entender que el territorio va unido a una identidad, que refleja la cosmovisión, espiritualidad, salud, educación, entre otras cosas. El territorio y el agua son elementos esenciales para la vida. Además de haberse regulado su protección en distintos instrumentos internacionales como en la Constitución Nacional”, apuntó en diálogo con La Mañana.

Asimismo, recalcó a este matutino que “desde el año pasado vengo manteniendo varias reuniones por Zoom con representantes de distintos países. Participé y me incluyeron en el Comité Internacional para que represente a la provincia y a mi pueblo Pilagá junto a otras comunidades que habitan el territorio provincial”.

Durante la entrevista, Caballero resaltó la necesidad de “cuidar el bosque porque ahí está nuestro alimento, nuestro trabajo, nuestra vida. Como por ejemplo de allí obtenemos la materia prima para las artesanías, la miel de abeja y animales. Además, otra cosa que es muy importante para nosotros es que el monte está conectado a nuestra espiritualidad. Sin él no seríamos nada. Es cierto que hay mucho por mejorar y estamos buscando ayuda. En nuestra comunidad nos falta agua, viviendas, tenemos escuelas que aún tienen techos precarios bajo los cuales enseñan los docentes, necesitamos mejoramiento de caminos y sala de primeros auxilios”.

El pueblo Pilagá: perseverancia y amor por la naturaleza

Los Pilagás son un pueblo que se resistió al acoso de la conquista de los españoles y mucho más tarde sobrevivió a la masacre de cientos de ellos en Rincón Bomba.

“Su perseverancia, amor a la naturaleza, resistencia, conservación de su idioma y costumbres, los hace sin dudas merecedores de la declaración de este Kilómetro Cero Mundial Contra la Deforestación y que desde ahora y siempre, tendrá el apoyo incondicional del Comité Internacional que los ayudará en todo lo posible para conseguir parar la deforestación en los bosques secos del Chaco, debido a su gran valor biológico y por la conservación de los bellos parajes del Bañado La Estrella”, declaró Pedro Pozas Terrados, vicepresidente del Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial.

Por su parte, Jorge Extramiana, presidente del Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial, dijo: “Es un problema global la pérdida de hábitats naturales como selvas o bosques por la deforestación, donde viven los pueblos originarios, guardianes de estos espacios y también millones de especies de fauna y flora; no debemos olvidar ni un solo instante que si existen aún selvas y bosques en diferentes partes del planeta es gracias, en gran medida, a estos pueblos originarios y en esta caso al pueblo Pilagá de Formosa”.

“La cosmovisión originaria es nuestro refugio como pueblo”

Por su parte, Ramona Giménez, directora de la etnia Pilagá, dijo a La Mañana que “para nosotros, el pueblo Pilagá, esta declaración es un orgullo y ejemplo contra los que provocan los desmontes y dañan el monte, perjudicando al sistema ambiental y ecológico”.

Es más, se mostró “orgullosa de que la comunidad La Esperanza haya mantenido los legados de nuestros ancestros de que el monte es sagrado. La cosmovisión originaria es nuestro refugio de donde emana la vida, donde hay salud, y también es nuestra economía”.

Giménez valoró que la comunidad La Esperanza respeta y conserva la premisa que “los árboles nos dan vida. En esto creo que tuvieron mucho que ver los consejos que dio a su comunidad el hoy fallecido cacique Solano Caballero, cuyas enseñanzas dejó a sus hijos”.

Entre tanto, Raúl González, otro reconocido dirigente Pilagá, dijo a este matutino que “la declaración es una bendición como agua de lluvia en el desierto. La comunidad de La Esperanza observa y respeta la conservación ambiental que nos enseñaron nuestros ancestros, también se caracteriza por la unidad de la familia, el respeto a la comunidad y algo muy importante es que el actual cacique Osvaldo Caballero está informado y eso lo hace más cuidadoso con el medio ambiente donde vive”.