Este domingo se pudo volver a ingresar a la Costanera, y la concurrencia observada fue mayormente vehicular: automóviles y camionetas recorrieron el paseo para tomar aire y observar el río. También los ciclistas volvieron a transitar por el trazado, pero muy poca gente optó por ingresar a pie, por lo que no se observó aglomeración de personas en todo el trayecto.
El Paseo Costanero fue habilitado por el Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19 como una “prueba piloto” en el Día de la Madre para ofrecer un lugar más de recreación tras estar cerrado prácticamente siete meses, desde el inicio de la cuarentena.
Consultados por La Mañana, algunos jóvenes lamentaron las nuevas prohibiciones que rigen para el lugar: no se podían sentar en los bancos a charlar, sino que debían circular permanentemente. La presencia policial fue importante, controlando los ingresos, que la gente utilice el barbijo y que no se detenga en ningún tramo.
Una familia, integrada por Carmina y sus hijos Florencia, Daniel y Adrián, se mostró contenta de estar de nuevo en el lugar al que siempre concurrían antes de la pandemia, sobre todo porque no tienen vehículo para ir hasta Laguna Oca. “Me sirve para recreación de mis hijos”, señaló la mamá.
“Es una alegría volver y es triste a la vez porque no se puede hacer nada de lo que hacíamos: antes nos sentábamos a compartir y ahora no podemos quedarnos quietos. Tenemos que caminar todo el tiempo y cansa, más con el barbijo, porque con este calor, sentimos que nos quema la cara. Preferimos ir a la plaza, que es más accesible”, dijeron a La Mañana Aixa, Sol y Lucas.
Ricardo, Cristina y sus hijas Juana y Janet están ansiosos por que termine la pandemia y “todo vuelva a ser como antes”. Ellos iban a la Costanera todos los fines de semana, hasta marzo, y esperan poder hacerlo “normalmente”.
Quienes se mostraron más satisfechos fueron los ciclistas, porque pudieron regresar al lugar que para ellos es un gran circuito para hacer ejercicio y distenderse.
Mariano, Aarón, Iván y Víctor señalaron a este diario que andar en bicicleta por la Costanera “no es lo mismo que en otro lado” gracias al paisaje que ofrece la zona ribereña. “Nosotros no nos quedamos quietos ni estamos cerca de las personas, así que no había problema”, comentaron.
Los que fueron en auto pudieron llegar hasta el Mástil, pero no podían estacionar: los vehículos también debían estar en continuo movimiento. Sin embargo, quienes pudieron recorrer se mostraron conformes, escuchando música mientras se reencontraban con el ambiente costero.
“No se generó ningún incidente, la gente respetó los protocolos sanitarios, muchos vehículos ingresaron y egresaron constantemente”, señalaron desde la Policía. Resta conocer el análisis del Consejo de Atención Integral de la Emergencia sobre la jornada y si el Paseo Costanero quedará habilitado o no de ahora en adelante.