En el marco de la emergencia sanitaria, el Gobierno Nacional dispuso un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para trabajadores informales y monotributistas de las primeras categorías.

Rita Ayala tiene 24 años y ayuda a su mamá en una pequeña peluquería de la ciudad capital. Al igual que otros jóvenes, se vio sorprendida por la declaración de la cuarentena y a la vez, quedó sin los ingresos que le ayudaban a salir adelante.

“Cuando comenzó todo fue algo duro, porque no pudimos volver a abrir el local y no sabíamos bien cuando iba a volver a la normalidad”, contó la joven en comunicación con La Mañana, añadiendo que en los últimos días gracias a las nuevas excepciones anunciadas por el Consejo de Atención Integral de la Emergencia pudieron abrir las puertas.

“Cuando me enteré de este beneficio que iba a ser entregado por Anses no dude en inscribirme. Opté por la ropa porque veo que muchas chicas venden en Facebook y les va bastante bien, así que quise probar”, explicó Rita.

En los próximos días se terminará de pagar la primera parte del IFE a casi 9 millones de beneficiarios y ya se sabe que habrá segunda tanda de pago y que se cobrará a partir de junio. Para esta segunda etapa no sería necesario volver a pasar por el proceso de registro.

En cuanto a la inversión, la joven destacó que comenzó el negocio con muy pocas prendas ya que no quiso arriesgarse a invertir la totalidad del beneficio social, acusando también que “la crisis se hará aún mucho más profunda más adelante”.

“En esto veo una gran oportunidad, porque me movilizó a concretar algo que quería hacer desde antes. Soñaba con poder tener mi negocio, vender ropa para chicas. Entiendo que todo pasa por algo y en mi caso, la emergencia fue lo que me motivó a hacer realidad un deseo”, expresó Rita a este matutino.

Para poder cobrar la primera parte del beneficio, aquellos que cumplían con los requisitos debían registrarse en el sitio de Mi ANSES para que luego la entidad otorgue o rechace la solicitud. Sin embargo, por la gran cantidad de beneficiarios que se registraron, la primera tanda del pago del bono de $ 10.000 se extendió y aún resta el pago a millones de personas.

Por otra parte, Rita contó que esta situación modificó toda la organización de la vida familiar. “Mamá puso un pequeño kiosco en casa para poder vivir, ya que la peluquería no se podía abrir, a pesar de los continuos llamados de los clientes que solicitaban algún corte o tratamiento en el cabello”, relató.