*Por Florencia Zanello
Patricia y Fiorella, son psicopedagogas que se graduaron este año de la carrera que dicta la Universidad Nacional de Formosa (UNaF). Cada ciclo lectivo, son alrededor de 40 estudiantes que finalizan sus estudios pero no encuentran cargos creados para su especialidad en el sistema laboral formal.
“Lo que pasa es que no hay cargos creados para psicopedagogos, la mayoría de nuestros compañeros recibidos por lo general hacen consultorio o trabajan en la universidad pero los más jóvenes hacen integración, que es estar dentro de la escuela con el chico y hacer las adaptaciones curriculares pero todo lo que se viene trabajando es con alguna patología específica o ya con el problema cuando está instalado”, explicaron.
En ese sentido, sostuvieron que ni las leyes ni los planes de estudios que sustentan la profesión docente y psicopedagoga, sufrieron modificaciones en muchos años, y que existen cuestiones desde lo social que cambiaron sus conceptos, por ejemplo: antes se hablaba de un minusválido y hoy se reconoce como a una persona con discapacidad.
“Estas cuestiones fueron cambiando pero las leyes con las cuales se debería trabajar, no. Entonces desde lo docente no podemos entrar a una institución con el cargo de psicopedagoga”, argumentó Patricia.
Las especialistas, relataron que el 90% de los egresados de la carrera se desempeñan en el cargo de maestro integrador, que es el trabajo que realizan los profesionales de educación especial.
“Son contratados por las familias, la escuela no tiene nada que ver. La familia pide permiso a la institución, la dirección accede y el psicopedagogo entra, por obra social o en forma particular”, indicaron.
Y aseguraron que es una situación que también se repite en otras provincias. Fiorella, es oriunda de Santa Fe y llegó a Formosa para formarse como psicopedagoga. Ella sostuvo que en su lugar natal tampoco crearon los cargos para psicopedagogos en las escuelas de educación formal.
“Pero en Formosa debería ser algo más fuerte porque acá se forman los psicopedagogos y hay muchísimos por año que se reciben. La universidad está largando un montón de profesionales que después la sociedad no tiene lugar para ellos, entonces hay que empezar a crear nuevos espacios”, declaró.
Respecto a la formación académica, Fiorella, desde su lugar de no formoseña, pidió que valoren más “lo propio, porque los docentes de la UNaF “son espectaculares”.
“Las herramientas que nos dan son muy buenas, desde segundo año vamos al campo laboral y hacemos todos los niveles educativos, trabajos de investigación, observaciones no participantes, vemos como trabajan los docentes”, relató.
Y agregó: “A nosotros nos enseñan a hacer análisis institucionales, a mejorar la comunicación, relaciones, mas macro no tan dentro del aula, que eso sería como una función del psicopedagogo dentro de la institución”.
También los hospitales, centros de salud, el área de oncología “para que aprendan a despedirse de la vida”, asociaciones de la tercera edad, psicopedagogía forense, son ámbitos que deberían contar con la especialización.
Por esos motivos, Patricia y Fiorella, armaron el grupo Psicopedagogía activa para crear nuevos espacios de inserción laboral a través de talleres para niños y padres.
“Nosotras buscamos mas la rama de la prevención, por eso empezamos con los talleres y lo que proponemos son habilidades para la vida, que sería como algo alejado al sistema educativo: los horarios, estructura, organización, institución, algo distinto, sobre todo porque el aprendizaje va más allá de un sistema educativo formal”, manifestaron.
En esa línea, remarcaron que trabajan con niños, adolescentes, adultos, adultos mayores y de manera preventiva, para que ellos puedan crear algo y transversalmente aprender contenidos.
“Y que el día de mañana les sirva, tanto en una institución como en un trabajo futuro y que aprendan a desenvolverse, expresarse oralmente, sus emociones, sus frustraciones que puedan trabajarlas”, agregaron.
Su propuesta de “habilidades para la vida” se trata de aprender a relacionarse entre sí de otra manera: sobre el compañerismo, la solidaridad, a expresar lo que se siente, a decir lo que se piensa respetando al otro, que “son cosas que en otros ámbitos no se enseñan y tiene que ver con la educación emocional”.
El primer taller será el sábado 16, bajo el nombre de “Reciclarte”, para niños y niñas de 4 a 11 años, en Junín 825. Los horarios son de 9 a 10.30 y de 10:45 a 12:15 horas. Para consultas e inscripción en el Facebook: Psicopedagogía Activa.