El diputado nacional por “Red por Argentina” y ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, consideró que la declaración de la Emergencia Alimentaria nacional tendría que haberse dado antes y entendió que “es una pena que haya tardado tanto”.

Arroyo es uno de los dirigentes que venía pidiendo la Emergencia Alimentaria desde el año pasado ante el agravamiento de la crisis económica y social del país y en una entrevista con La Mañana explicó sus sensaciones al respecto.

El Congreso argentino declaró la semana pasada la Emergencia Alimentaria hasta 2022, que garantiza un incremento del 50% los fondos que el Estado destina a los comedores sociales o populares.

“La emergencia llegó tarde, pero es un paliativo. Es evidente que hay más gente en los comedores comunitarios, que más chicos se quedan a comer en las escuelas. Esto sucede porque hay un problema de hambre. El hambre es saltearse las comidas, es un mate cocido y un pedazo de pan a la noche. La mal nutrición, porque en muchos comedores el presupuesto no alcanza y terminan dando fideos, arroz y harina todos los días”, expresó.

Advirtió que la situación se complicó mucho más en las últimas semanas, porque se paralizó la actividad económica en distintos sectores, sumado al incremento pronunciado en los costos de los alimentos tras la disparada del dólar.

“Bajaron los ingresos de las familias y subió el precio de la comida. La ley de emergencia alimentaria implica dos cosas: reasignar partidas, es decir quitar partidas de algunas áreas y volcarlas a comedores comunitarios, escolares y merenderos; y lo segundo es licitar rápido para hacer compra de alimentos por parte del Estado para acelerar los procesos”, sostuvo.

Medidas urgentes

El legislador nacional opinó que quien asuma la conducción del país el 10 de diciembre debe poner en marcha cuatro medidas de manera urgente para atacar la crisis económica y social que vive el país:

1) Reducir el costo de la canasta básica de alimentos generando mecanismos para que sea más accesible.

2) Desendeudar a las familias mediante líneas de crédito no bancarios con tasas bajas del 2 al 3% anual.

3) Cuidar las industrias donde trabajan mujeres y jóvenes como la textil.

4) Fomentar mucha obra pública básica que requiera de mano de obra intensiva como veredas, cordón cuneta, construcción de viviendas sociales y núcleos húmedos.

“Con estas cuatro propuestas en funcionamiento, vamos a frenar la caída de la actividad económica y crecerá el consumo. No tengo dudas de que este proceso de reconstrucción de la Argentina lo llevará adelante Alberto Fernández después del 10 de diciembre”, agregó.

Remarcó que las provincias sufren mucho la crisis actual y se percibe la desesperación de numerosos sectores por la falta de dinero, que produce el fenómeno de implosión social.

“Pero paradójicamente también veo esperanza en la gente para que termine un ciclo y comience otro. No tengo dudas de que Alberto Fernández impulsará un Gobierno federal y reafirma en todo momento que de ser presidente gobernará con los 24 gobernadores. Los encuentros en distintos puntos del país con los equipos técnicos para acercar proyectos son importantes, porque cada jurisdicción provincial, cada municipio tiene sus propias realidades y no sirve armar programas enlatados que no contemplen las particularidades. Hay que descentralizar y transferir recursos porque la Argentina se construye de abajo hacia arriba”, concluyó.