Lucas Caballero fue el productor del disco "Despertar" de Florencia Paz, que ganó el premio Gardel al "mejor álbum artista nuevo de folklore".
Le contó a un Cronopio su trabajo detrás del galardón recibido y explicó que se ocupo de la selección de los músicos, el repertorio, e incluso se grabaron cuatro canciones de su autoría: "Es el segundo disco de la artista. Ella quería inmiscuirse más en el disco y yo fui una herramienta para darle una nueva identidad al trabajo".
El equipo tenía dos nominaciones: "mejor álbum artista femenino folklore" y "mejor álbum artista nuevo de folklore", el que finalmente ganaron.
"Estas dos nominaciones ya fueron un premio tremendo al trabajo que se hizo con mucho esfuerzo, sacrificio y pasión. Fueron muchos meses de trabajo. Comenzamos a mediados de 2015 y el disco salió en 2017. Al ser una producción independiente, le aconseje a la artista buscar un sello que edite el disco y s-music, el sello de Sony en Argentina, se interesó en el trabajo y editó el disco", contó sobre los inicios del sueño.
"Es muy importante que una compañía de esta envergadura se fije en este disco porque le da un impulso importante. Tiene una estructura de prensa y se generan muchas más cosas. Tener un aliado como Sony te ayuda a conectarte rápidamente con muchas cosas que de repente te constarían un poco más si solo sos un artista independiente", señaló.
"Es una palmadita
en el hombro"
Lucas aseguró que este tipo de galardones son "reconocimientos al trabajo, al esfuerzo que uno hace de manera soslayada y silenciosa durante mucho tiempo. El trabajo de producción de un disco tiene muchísimas horas de trabajo en soledad y de pensar una y otra vez en lo que se está haciendo. Ir y venir con las canciones".
"A mí me da mucha alegría lo que generó, es muy lindo desde ese lugar. La alegría que genera en familia y amigos. Me emociona más eso que el premio en sí. Esta buenísimo, la verdad", dijo y recordó que ganó el mismo trofeo en 2014 con Los Guauchos.
"Se siente que es un reconocimiento al esfuerzo y el sacrificio, a las miles de horas que uno pasa trabajando en el estudio o viajando en las rutas a hacer shows. Llegar hasta allí implica un montón de sacrificio. Lo siento como un reconocimiento a ese esfuerzo y a la pasión que uno pone en lo que hace. Yo amo lo que hago y disfruto cada segundo que paso en el estudio; es el mejor momento del día para mí. Con mis amigos decimos que es como una palmadita en el hombro", concluyó.