Tras las críticas del Gobierno provincial por la colecta de botellas de agua para ayudar a las familias del interior provincial en medio de la sequía, la Iglesia católica sólo agradeció la colaboración de la comunidad formoseña, explicó su distribución y evitó entrar en polémicas al respecto.
Consultado por La Mañana, el obispo diocesano, José Vicente Conejero, dijo que la iniciativa encarada por Cáritas “es un paliativo” a la grave sequía, para ayudar a las familias a pasar este momento complicado.

“Todo gesto es bueno, así como la solidaridad de la gente que se ha sumado a ayudar, para aliviar la situación por la que están pasando, más allá de que después se requiera de una solución de fondo”, señaló.
Mil bidones más para enviar
El responsable de Cáritas diocesana, diácono Ramón Cubilla, contó a La Mañana que el jueves se hizo el primer envío de agua, principalmente en bidones de seis litros. “Eso se envió en una camioneta con acoplado, pero como la gente sigue colaborando, gracias a Dios, pedí un camión para llevar más; posiblemente el lunes me confirmen”, dijo.
Un supermercado donó una importante cantidad de bidones que están en la sede de Cáritas, sumándose a la iniciativa solidaria de muchas familias. Al respecto, Cubillas comentó: “La respuesta de la gente es muy buena; primero se enviaron unos cien bidones, y en el depósito tenemos otros mil para enviar”.

Quienes quieran colaborar, pueden acercar botellas de agua a la sede de Cáritas Diocesana, en España 965, al lado del Obispado.
El diácono aclaró que esta no es la primera vez que hacen una colecta de agua envasada para el interior, sino que el 3 de octubre de 2020 ya habían hecho una ante la sequía que también se hizo sentir en aquel entonces. “Ahora se profundizó y específicamente un pueblo pidió, por eso se hizo esta campaña”, concluyó.
Logística
El padre Ponciano Acosta fue quien hizo el primer llamado a colaborar, viendo la situación de la población de su jurisdicción parroquial. En diálogo con este Diario, comentó: “A medida que van llegando, estamos distribuyendo los bidones, haciendo prioridades respecto a los destinatarios. Primero los abuelos, personas enfermas y familias numerosas, sabiendo que tenemos como jurisdicción el pueblo y las comunidades aborígenes”.

“Poco a poco vamos llegando a las familias con este objetivo que es el agua para beber. Cada día llegan más donaciones y tenemos varias en lista. Estamos muy agradecidos por tanta generosidad”, añadió, destacando también “a los miembros de las comunidades de nuestro pueblo donando su tiempo y sus energías, acompañados de un gran entusiasmo”.