El presidente de la Comisión de Supermercados de la Cámara de Pequeñas y Medianas Empresas de Formosa (CAPyMEF), Carlos Alejandro Werlen, aseguró a La Mañana que a fines de octubre, antes de la entrada en vigencia del programa nacional “Precios Justos”, se registraron incrementos en los valores finales de los productos lácteos de entre un 5 y un 6,2%, en porcentajes similares a lo observado en septiembre.

Asimismo, detalló que las subas en los precios de los quesos blandos fueron de un 5%, incluyendo el queso cuartirolo, el de mayor demanda, mientras que los quesos especiales, como el muzzarella y el pategrás, tuvieron un aumento del 6,2%.

También, afirmó que en el caso del dulce de leche, la suba fue de un 5,7%, mientras que el resto de los artículos derivados de la leche presentaron incrementos que se ubicaron en el orden del 6%.

“En general, los lácteos suelen tener aumentos en sus precios cerca del fin de cada mes o al principio del mes. Además, en esta temporada, la producción de leche suele ir en aumento, por lo cual hay empresas que se están ‘sobreestockeando’ y, en algún momento, podría haber alguna bonificación transitoria. Es algo que suele darse en tiempos de crisis, en los cuales el poder adquisitivo está muy bajo y la demanda se encuentra muy por debajo de la oferta”, comentó.

Por otro lado, alertó que “Precios Justos” no está vigente en la mayor parte del país, porque el acuerdo no fue firmado por la Cámara Argentina de Supermercados -CAS- y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios -FASA-, debido a que “no hay garantía de entrega y no hay acuerdo con la COPAL -Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios-, que agrupa a las grandes industrias, en cuanto a la participación del programa”.

“En la CAS y la FASA, solamente adhieren las grandes cadenas, las que se agrupan en ASU -Asociación de Supermercados Unidos-, como Carrefour y Changomás, por ejemplo. Son 2.500 bocas de venta a nivel país, las mismas que participaron de los programas anteriores, como ‘Precios Cuidados’ y ‘Precios Máximos’. Con el resto de las entidades nucleadas en la CAS y en la FASA, que son unos 25.000 locales en toda la Argentina, no hay ningún tipo de acuerdo”, explicó Werlen a este Diario.

“En Formosa, y únicamente en el caso de los productos que se trabajan, que no son todos, está vigente en Carrefour y en Changomás. El resto de los negocios no tiene adherencia por falta de acuerdo con las industrias para garantizar su abastecimiento normal”, precisó.

A su vez, Werlen mencionó que participó de una reciente reunión entre referentes de supermercadistas del interior del país y el secretario de Comercio Interior de la Nación, Matías Tombolini, en la cual los empresarios plantearon que “se sigue en la temática de siempre”, y con un plan que “está orientado hacia los supermercados de grandes superficies, las grandes cadenas o supermercados regionales”.

“El programa no llega todavía a los autoservicios y supermercados del interior, y mucho menos a los comercios de proximidad, dado que todavía no hay acuerdos firmados con los mayoristas y con las distribuidoras. Se le remarcó al licenciado Tombolini que las empresas fabricantes de alimentos realizan un acuerdo con la Secretaría de Comercio Interior, pero luego, esas compañías efectúan su cadena de distribución por intermedio de distribuidores en el interior. Hay un ‘doble juego’, con rentabilidades de una empresa y de otra que hacen imposible sostener y poder ofrecer los productos a los precios que el Gobierno pacta con las empresas de alimentos”, especificó.

“Todos tenemos la intención de participar y de colaborar, pero no tenemos las herramientas para hacerlo, porque no tenemos a dónde comprar el producto para sostenerlo al precio que ellos pretenden; y se pide un acuerdo por cuatro meses, cuando tenemos una inflación mensual cercana al 6%. Hoy, todo es ironía e intención”, agregó.

Por último, reveló que dentro de “Precios Justos” no están incluidos tres de los productos que integran la Canasta Básica Alimentaria: la harina, el aceite y el azúcar, y que varias de las empresas harineras, aceiteras y azucareras del país están nucleadas en la COPAL, que aún no adhirió al mencionado programa nacional, por la falta de dólares para importar materia prima.