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Se cumplen diez años de la muerte de Baldomero

Nacido en Paraguay, creció recorriendo las calles de Formosa. Aseguran que la mordedura de un perro lo marcó para toda su vida



Hoy se cumplen diez años de la muerte de Rubén Baldomero Núñez, un dulce personaje que quedará por siempre en el recuerdo de esta amada tierra. Nació el 24 de septiembre de 1953 en Paraguay, pero de muy pequeño vino junto a su mamá Juana Núñez a vivir a Formosa.

En diálogo con La Mañana Rafael Núñez, responsable del Museo Histórico “Padre Carmelo Sciullo”, brindó detalles sobre este personaje que logró trascender Formosa y hoy está presente de mil formas en distintos puntos del país.

En principio, dijo “que muy poco se sabe sobre la vida de él: sabemos que junto a su madre doña Juana Núñez vinieron desde Paraguay y vivieron detrás de Banco Marina en un asentamiento”, dijo.

“Luego de la inundación de 1966, fueron a vivir al barrio San Miguel o Villa Belgrano le decían. Después de muchos años, van a vivir cerca del Puente Blanco”, explicó Núñez, quien añadió que “no se sabe si tuvo hermanos, pero sí primos y algunos todavía viven. También hablamos, con Gemetrio Núñez que era su tío gendarme”.

“Dicen que cuando era muy chico yendo a la escuela en el San Miguel le mordió un perro. A causa de eso, se asustó y ahí empezó su problema mental. No hay ningún documento que lo confirme, pero sí el acta de defunción dice que murió por problemas digestivos y desnutrición severa”, comentó Núñez.

Baldomero transitaba las calles de la ciudad con una llanta de bicicleta enganchada en un alambre, era vestido y alimentado por los vecinos de la ciudad quienes en su mayoría eran muy solidarios con él. “Dicen que desde muy chico quería una bicicleta, pero al ser muy humilde, su tío le hizo con una llanta de bicicleta y un alambre, el corría y jugaba con eso”, mencionó a este matutino.

Al fallecer la madre en los años 90`, Baldomero fue llevado a un neuropsiquiátrico de la provincia de Córdoba ya que no había nadie que se hiciera cargo de él. “Era muy bueno, andaba con su ruedita desde el San Miguel hasta el Centro. No emitía ningún saludo, ni hablaba. Solo balbuceaba y te miraba con una sonrisa”, explicó Núñez.

Baldomero marcó la historia de la ciudad, como Mamá Chupeta o Pato y tal es así que obras de arte, esculturas, pinturas y músicas se dedicaron a este querido personaje. También locales, no solo en la provincia, ya que en Ushuaia una casa de ropas lleva su nombre.



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