Uno de los aspectos en los cuales se notan los efectos de la crisis económica actual es el nivel de desocupación, que volvió a tener dos dígitos en la Argentina y amenaza con crecer aún más si no se toman medidas urgentes para revertir esta situación, más allá de la coyuntura electoral. En este marco, la juventud es uno de los sectores más perjudicados por la falta de empleo.

El Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina detalló que el sistema de transición de la educación al trabajo comprende al conjunto de instituciones educativas y laborales que condicionan el tránsito de los y las jóvenes al empleo. Específicamente, contempla la estructuración de modalidades y contenidos educativos, la conexión de las escuelas con las empresas y las regulaciones que rigen las prácticas laborales y las primeras experiencias en el empleo.

Una forma de evaluar la eficacia de los sistemas de transición de educación al trabajo es comparando las tasas de desempleo juvenil con las de los adultos y adultas. Tomando datos de la OECD y del INDEC para el caso de la Argentina se observa que: en Alemania, Austria y Suiza la tasa de desempleo adulto es del 4%, mientras que la tasa de desempleo juvenil es de 8% haciendo una relación de 2: en Francia, Bélgica y España, la tasa de desempleo adulto es de 10%, mientras que la tasa de desempleo juvenil es de 27% haciendo una relación de 2,7; y en Argentina la tasa de desempleo adulto es del 8%, mientras que la tasa de desempleo juvenil es de 27% haciendo una relación de 3,4.

Estos guarismos demuestran que las brechas son mucho más altas entre los países latinos que en los germánicos. La Argentina aparece como un caso extremo de discriminación contra la juventud, como resultado de la labor de instituciones educativas y laborales que no tienen en cuenta sus mayores necesidades.

En este sentido, algunos profesionales consideran que las Escuelas Secundarias en Argentina sufren la consecuencia de estar orientadas a dar una formación enfocada sólo en la continuidad universitaria, y con pocas acciones tendientes a dar empleabilidad. La articulación con empresas, ya sea para la formación o para prácticas educativas, no es valorada en profundidad, y entre los empresarios es impulsada más por motivaciones de Responsabilidad Social Empresaria que como estrategias de formación de los recursos humanos.

Por estos motivos, según el IDESA, sólo el 40% de los y las jóvenes termina la secundaria en tiempo y forma, y un 10% adicional la termina con retraso. Esto implica que la mitad de la juventud aborda el desafío de conseguir su primer empleo con la desventaja de no haber terminado la secundaria, y sin formación para el trabajo.

Entonces, la administración que asuma el 10 de diciembre deberá no sólo recomponer la economía interna para generar producción y empleo de calidad, sino también construir un sistema moderno de transición de la Escuela al trabajo. Esto requiere una profunda revisión de las políticas educativas y laborales, respetando derechos pero también articulando los mecanismos necesarios para acercar a la juventud a la empleabilidad.