Llegó el Viernes Santo y Formosa continúa sin transporte urbano de pasajeros. Diez días en los que la única novedad respecto a este servicio han sido las declaraciones de un nuevo funcionario municipal que afirmó que “la empresa está mal y no tiene ganas de quedarse” y que, por ello, la Comuna capitalina está analizando la posibilidad de “comenzar de cero”, esto es, “armar nuevas licitaciones” y “buscar gente que quiera invertir en la ciudad”.

Mientras los colectivos brillan por su ausencia y las y los usuarios parecieran irse acostumbrando a no verlos en las calles, la sensación generalizada es que, efectivamente, la empresa se ha desentendido del servicio y prepara las valijas para marcharse de Formosa.

El silencio de los últimos días estaría confirmando que el conflicto llegó a un punto sin retorno. Silencio en el que se ha sumido no sólo el sector empresario sino también los gremios del sector y el propio Municipio y que no hace otra cosa que afianzar la sospecha de que Crucero del Sur, aun sin haberlo dicho explícitamente, dejará Formosa en los próximos días.

Una de las señales más claras en este sentido la dio el nuevo director de Transporte de la Comuna, Fabián Olivera, que dijo que el futuro de la concesionaria “está complicado” y propuso, sin vueltas, reformular el servicio sin subsidios e impulsar la competencia de privados para mejorar las prestaciones en la ciudad.

La férrea decisión de la Libertad Avanza de cortar los subsidios al transporte en todo el país -menos en el AMBA- no deja mucho margen a los municipios. Si la intransigencia lleva al poder central a no dar marcha atrás en los casos en que ciertamente un municipio no pueda brindar este servicio a sus ciudadanos/as sin un aporte nacional, o si se torna literalmente imposible para los usuarios/as pagar el costo total de un boleto, como viene sucediendo en distintos lugares, a la Comuna formoseña no le quedará otra que “reformular el servicio”, como anticipó Olivera.

En cuanto a dar impulso a la “competencia de privados”, La Mañana no puede menos que adherir, ya que ha sido este diario el responsable de señalar, a lo largo de los años, que gran parte de los problemas que sufre no sólo el transporte urbano, sino también otros servicios públicos, tanto en la ciudad como en la provincia, y a nivel nacional también, obedecen al carácter monopólico de quienes los prestan.

Pero volviendo al silencio nebuloso que envuelve en las últimas horas a esta crisis en el transporte urbano de pasajeros, donde las partes más fuertes y con mayor responsabilidad en la solución del conflicto parecieran no hacerse cargo, surge un aspecto inquietante: qué les espera a los todavía empleados de Crucero del Sur.

Si la empresa está en retirada, si la Comuna se encuentra analizando un futuro sin ella -y sin subsidios-, y si los gremialistas dejan de hacer públicos sus reclamos, o ya no los manifiestan con el mismo fervor que antes, el eslabón más débil de esta cadena crece en angustias. No sólo por el atraso en el pago de los sueldos, sino por la incertidumbre laboral. Lo peor en medio de la ola de ajustes y despidos que conmociona al país.