El ministro de Gobierno, Jorge González, negó que la clausura del laboratorio del Dr. Raymundo Motter se deba a una persecución, sino que fue por no informar al sistema público de salud los casos positivos detectados para poder hacer el seguimiento epidemiológico.
Desde diversos sectores se mostró el apoyo al Dr. Motter, y haciéndose eco de ello, González señaló -sin nombrarlo en ningún momento- que el Laboratorio en cuestión tiene las garantías y plena vigencia de la Constitución para defenderse, algo que “no tuvieron centenares de compañeros y compañeras de la Municipalidad de Formosa en 1976, a quienes no tuvieron inconvenientes para aplicarles la prescindibilidad”.
“Lo que no tiene modificación es la historia, y acá garantizamos los derechos incluso de aquel que fue funcionario de la dictadura militar y que a partir de ese momento se constituyó en un artífice de la misma en la ciudad de Formosa”, agregó como si algo tuviera que ver con el tema actual en cuestión: la posibilidad de que los Laboratorios privados realicen hisopados a demanda de particulares.
En efecto, el Dr. Raymundo Motter fue uno de los cuatro intendentes capitalinos que hubo entre los años 1976 y 1977. De su corta gestión se sabe que creó el Tribunal Municipal de Faltas, institución que continúa en la actualidad. Antes de él estuvieron, en 1976, Víctor Molina Martínez y Juan César Leiva; y lo sucedió en 1977, Julio Ernesto Tillard.
Respondiendo a expresiones de distintos sectores, e incluso en aparente referencia a una columna de opinión publicada por La Mañana, el ministro de Gobierno dijo que el bioquímico “no es solamente una persona simpática que haya podido hacernos chistes cuando éramos chicos y nos íbamos a sacar sangre”. “La historia, la contamos completa”, opinó.