El exdirigente de Estrada, Horacio Cantero, el reportero gráfico del Diario La Mañana Ramón Maldonado y el exfutbolista Sergio Espíndola, quien fue dirigido por Maradona en Deportivo Mandiyú de Corrientes, son algunos de los casos de personas de esta provincia que tuvieron la dicha de estar muy cerca del ídolo que falleció el pasado miércoles a los 60 años, y así contaron sus vivencias en FM VIVA 102.3.
En el caso de Cantero, lo suyo se dio allá por 1997 con el famoso partido entre Boca y Cerro Porteño jugado en el estadio de la Liga Formoseña de Fútbol, que sirvió para que Claudio Caniggia pueda destrabar una situación económica y poder debutar en el torneo de la AFA.
De todas maneras, comentó que su relación se dio mucho antes, en 1981 y se hizo fuerte con el paso del tiempo por una relación de un familiar con una de las hermanas de Maradona.
“Había que conocerlo de cerca, como persona era un fuera de serie; cuando estaba en Mandiyú estuve a su lado cuatro meses, desayunábamos juntos y pasábamos momentos grandiosos”, comentó, para recordar que en oportunidad de uno de sus cumpleaños “le hice tallar en madera con un artesano el mapa de Formosa con su nombre y cuando se lo regalé, me dijo que fue uno de los mejores que recibió”.
Cantero fue además el organizador del partido entre el xeneize y el equipo paraguayo al que se hizo mención, donde “me jugué y acepté sin hablar con nadie, hasta dije que el estadio estaba en condiciones y no fue así, el campo de juego era tan malo como la iluminación y no había ni agua en los vestuarios, pero la gente me ayudó mucho para sacarlo adelante”.
Por su parte, Maldonado dijo mostrarse “sorprendido por la noticia” de la muerte de Maradona, teniendo en cuenta que por su profesión comentó que “en cuatro oportunidades tuve la posibilidad de estar mano a mano con él en los partidos que fui a cubrir para el Diario, como también en una nota exclusiva junto al periodista deportivo Arnaldo ‘Buky’ Lescano”.
De esto último agregó que la nota estuvo coordinada y que “nos atendió después de cumplir con su rutina de entrenamiento, con una cortesía espectacular que para mí fue inesperada teniendo en cuenta lo que era él; hablamos cerca de media hora y después incluso me firmó una bandera de Boca con dedicatoria a mi hijo que hacía poco había nacido y otro para mí. Se prestó de una maravilla”.
Finalmente, Espíndola contó que le “invadió una profunda tristeza” al conocer lo sucedido y que al mismo tiempo “me pasó toda la película del momento que compartimos en Corrientes”.
Consideró asimismo que la muerte “es algo inevitable, tiene que pasar, pero no pensaba que iba a ser tan pronto y saliendo de una operación de la cual se estaba recuperando, pero se ve que era el momento de partir y llegó el llamado de Dios”.
Para Espíndola, “había dos Maradona; por un lado estaba el técnico, el jugador y que compartía todo el día con el plantel y, por otro, el que hablaba con los periodistas, con la gente de afuera. Era como que se ponía un caparazón para protegerse de todo. Así lo veía”, remarcó quien tuvo la chance de ser uno más en el vestuario con una persona que en todo momento le mostró buen trato y cordialidad.