Exclusivo La Mañana - Los ingresos tributarios de la provincia de Formosa en 2019 representaron el 92,7% del total del presupuesto de recursos de la administración pública no financiera provincial.

En ese marco, los recursos por transferencias automáticas del Gobierno nacional (coparticipación, leyes especiales y compensaciones) significaron el 86,6% de los ingresos presupuestados, mientras que la recaudación de tributos provinciales fue de apenas el 6,2%.

Ahora bien, la desproporción existente entre los recursos de origen nacional (RON) y los Tributarios de origen provincial (TOP) es un tema que sin duda la Provincia debe corregir para no sufrir con los cimbronazos de las crisis nacionales.

En el año 2019 la inflación para la región del NEA culminó en el triste récord de 57,6%. En ese escenario los recursos corrieron siempre por detrás de la inflación, generando así pérdidas reales que impactan en la caja provincial provocando desequilibrios e inconvenientes a la hora de atender las prioridades de gestión.

Las transferencias automáticas de recursos de origen nacional a Formosa en 2019 totalizaron $ 53.773,4 millones, significando un crecimiento respecto a 2018 del 46,3%: más de diez puntos por debajo de la inflación.

Este crecimiento por debajo de la inflación implica una caída real de fuerte impacto en la Provincia: Formosa perdió $ 4.150,4 millones, una suma que equivale al 6,7% del total de recursos previstos en el Presupuesto 2019. Al ser una provincia con alta dependencia de recursos nacionales, sufre de manera mucho más fuerte la caída de la actividad económica y la consecuente baja de la recaudación.

Formosa perdió $ 800 millones de su recaudación provincial por la galopante inflación

Se mencionó previamente la débil base recaudatoria propia de la provincia, que en 2019 alcanzó un total de $ 3.828,7 millones (apenas un 30,5% más que en el 2018), lo que representó una caída en términos reales de $ 795 millones. De ese total recaudado, el 82,6% corresponde solamente al Impuesto a los Ingresos Brutos, ratificando así la fuerte dependencia de la recaudación propia sobre este tributo.

Es decir, la pérdida real de recursos nacional es más grande que el total de la recaudación provincial, exponiendo de esa manera el grave problema que afrontaría Formosa en caso de no existir recuperación económica que impacte en los envíos a las provincias.

Ahora bien, cuando la crisis de la macro se traslada a la micro (alta inflación y pérdida de recursos que generan la imposibilidad de subir tributos al contribuyente) es cuando los gobiernos deben acudir a estrategias innovadoras para hacer crecer la recaudación propia. Incrementar la misma no significa necesariamente elevar la presión tributaria a los contribuyentes; muchas veces, equivale a ordenar el trabajo recaudatorio para hacer cumplir las obligaciones tributarias.

Formosa cuenta con un enorme desafío con pros y contras. Los pros están en tener las cuentas ordenadas con superávit primario y financiero, manteniendo un bajo nivel de deuda pública. Las contras son tener una alta dependencia de recursos de origen nacional y un elevadísimo nivel de gastos operativos con poco margen de inversión de capital.

El desafío consiste justamente en eso: controlar el gasto para seguir cumpliendo las obligaciones corrientes, mantener equilibrios fiscales y lograr incrementar la inversión. Para ello, si la economía argentina continúa en caída, deberá orientar la mirada hacia la recaudación propia; si no lo hace, y los recursos continúan corriendo muy por detrás de la inflación, podría tener problemas que hoy la Provincia no conoce.