Diego Ramoa, el joven acusado de la muerte de Sofía Puyó en el siniestro vial ocurrido el pasado 10 de marzo, hizo un ofrecimiento de bienes para cubrir la fianza de 500 mil pesos que le fijó el juez subrogante a cargo del caso.

La propuesta fue presentada por el abogado defensor del procesado el día jueves y dentro del plazo legal de 24 horas establecido por la Justicia.

Realizada la oferta, comenzaron a peritarse los bienes ofrecidos por el acusado, a fin de determinar si se encuentran en condiciones de cubrir la caución real establecida por el juez subrogante Guillermo Caballero.

El procedimiento proseguirá la semana siguiente, debiendo recurrirse a un perito tasador que haga el avalúo de los bienes ofrecidos.

Diego Ramoa está procesado sin prisión preventiva por el delito de homicidio culposo doblemente agravado: por exceso de velocidad y por conducir en avanzado estado de ebriedad cuando se produjo el terrible siniestro vial en avenida González Lelong y Fortín Yunká en el que perdiera la vida la joven Puyó.

La jueza Laura Karina Paz denegó la excarcelación a Ramoa pero el juez de Cámara Arturo Lisandro Cabral –apelación mediante- revocó la medida y el 28 de mayo ordenó su libertad. La magistrada liberó al acusado bajo caución juratoria (bajo palabra), pero disconforme con el modo en que se concedió la excarcelación, el fiscal Lucio Leiva volvió a recurrir a la Cámara pidiendo que se imponga al procesado una caución real. Allí, nuevamente el juez Cabral analizó el caso y le dio la razón al fiscal, disponiendo una fianza cuyo monto debería ser fijado por la jueza interviniente.

El juez subrogante Caballero fijó la suma de 500 mil pesos que Ramoa debía depositar en un plazo no mayor de 24 horas desde su notificación, trámite que está en pleno proceso de evaluación a partir del ofrecimiento en bienes que realizó el acusado.

Situación procesal

Diego Ramoa estuvo detenido dos meses tras el trágico siniestro vial en el que perdiera la vida su amiga Sofía Puyó. En el mes de mayo recuperó su libertad y hace pocos días la jueza Laura Paz lo procesó por el delito de homicidio culposo sin prisión preventiva y doblemente agravado: por exceso de velocidad y el avanzado estado de ebriedad que presentaba cuando protagonizó la terrible colisión.

Además del procesamiento, la jueza Paz aplicó a Ramoa dos medidas muy importantes: le retuvo su licencia, inhabilitándolo para conducir vehículos hasta que la causa se resuelva; y en caso de que quiera viajar fuera de los límites de la provincia deberá pedir autorización al Juzgado con tres días de anticipación, informando el lugar y el domicilio donde permanecerá mientras dure su ausencia.

El hecho es muy recordado y doloroso: a las 4.25 de la madrugada del 10 de marzo el auto que conducía Ramoa, un Peugeot 2008, se desplazaba a gran velocidad por la avenida González Lelong en dirección al centro de la ciudad; y luego de cruzar la calle Fortín Yunká, quedó fuera de control, subió a la vereda, se estrelló contra un árbol, giró sobre su eje y volvió a impactar por segunda vez. La joven Puyó, que iba como acompañante, salió despedida y murió en el acto a causa de las graves lesiones sufridas, en tanto Ramoa salió por sus propios medios del interior del vehículo y resultó prácticamente ileso.