Dos noticias vinculadas a la disminución de la fecundidad tuvieron un alto impacto en la opinión pública en la última semana. Por un lado, un estudio de la revista Lancet destacó que “en el 2050 tres cuartas partes de los países del mundo tendrán tasas de natalidad insuficientes para mantener su población”.
A su vez, también se dieron a conocer en Argentina los resultados definitivos del censo poblacional de 2022, y en relación a este tema, un dato a resaltar es que “el porcentaje de madres adolescentes se redujo a la mitad en 12 años”.
En virtud de estas cifras, La Mañana dialogó con la profesora Mercedes Ardiles, directora del Área Maternidad del Proyecto Natal, una ONG que brinda asistencia especializada en maternidad y desarrollo humano en el país. En su lectura, dijo que son muchos los factores que inciden en la llegada de un embarazo, y puntualizó que “es muy normal en la actualidad ver a jóvenes que no tienen entre sus prioridades un proyecto de familia”.
“Desde hace varios años que venimos notando y observando que el factor común es la exigencia sobre la mujer. Antes era parte de un mandato de identidad de todo mujer tener un hijo para sentirse realizada; sin embargo, esto cambió y hoy las mujeres tienen otros objetivos, otras exigencias ligadas a lo laboral, la belleza y sus proyectos personales, que hacen que incidan en esta baja de natalidad junto a políticas de países que no amparan a la maternidad. Por un lado, se sacraliza la gestación, pero por el otro pareciera ser que se la castiga, cuando una mujer tiene a su hijo y queda afuera del mundo productivo con el costo personal que representa”, indicó.
En este punto, Ardiles dijo que “es muy normal que los jóvenes digan que no quieren tener hijos y que entre sus prioridades no esté el proyecto familiar”.
“La instancia de la reproducción asistida existe la posibilidad de postergar este principio de familia. Cada vez son más las mujeres que congelan sus propios ovarios antes de los 35 años. Es una sugerencia que viene en aumento. La maternidad y paternidad entra en el proyecto personal y de familia sin urgencias. Se da en tiempos diferentes a los de antes”, agregó.
Desde el proyecto Natal, Ardiles señaló que “la asistencia se focaliza en que los niños y las niñas lleguen al mundo con un bienestar integral de sus madres y padres, con un abordaje de la maternidad que no sólo incluye el parto, sino todo el proceso previo y posterior para que sea vivido lo más plenamente posible”.
“Trabajamos en los niveles físicos, espirituales, mentales y emocionales, dándole mucha importancia a todo el proceso para que el embarazo sea viviendo con consciencia y responsabilidad”, describió.