“La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino solo por la falta de significado y propósito”, Víctor Frankl.

Razones por las que honrar y valorar el trabajo:

Un 75% de nuestra vida pasamos en el trabajo.

El trabajo es un medio que dignifica, concede la oportunidad para que “el hombre” pueda elegir que quiere hacer y en el hacer “hacerse a sí mismo “.

Es el vehículo ideal para la autoconfiguración, poniéndose a prueba en elegir en cada instante quien uno quiere ser, haciendo uso total de nuestra libertad y con la consecuente responsabilidad sobre la tarea que se elige asumir.

El trabajo espera y cuenta con nuestra entrega y aporte que es único y original diferenciándonos de los demás.

Es en el trabajo donde uno se va redescubriendo en sus capacidades y limitaciones personales.

Nos permite relacionarnos con la comunidad fomentando vínculos saludables, nutritivos, compartir, tomar y dar.

El trabajo funciona como un espacio de expansión y empoderamiento de toda nuestra existencia, es un hermoso lugar para trascendernos y comprometernos con la vida, con uno mismo, con el otro, habiendo encontrado previamente el sentido, propósito y misión de vivir.

La vida espera nuestro aporte y el trabajo es uno de los lugares donde podemos responder con gratitud y generosidad el hecho de estar vivos; situación que muchas veces nos coloca en ámbitos laborales incomodos para que seamos luz en ellos. “El Hacer genera Ser” en la medida de nuestras acciones nos vamos construyendo.

Existen tres dimensiones llamadas triada del: “Ser - Hacer - Tener” dimensiones que nos abren preguntas con sentido y con poder, para ayudarnos a repensarnos en cómo estamos transitando y viviendo desde el ámbito laboral; por ejemplo: Es para mí el trabajo ¿un medio para? o ¿fin en sí?

Que busco en el trabajo: ¿Busco Ser? ¿Buco Tener? ¿solamente un medio para tener? y ¿qué significa para mi tener? ¿qué y cómo me siento al trabajar de ese modo? ¿busco hacer sin saber para qué? ¿busco Ser en lo que elijo hacer? Respuestas para conversar con tu almohada.

Para ir cerrando, tener en consideración que al nacer todos y cada uno de nosotros venimos a este mundo con capacidades, cualidades y dones diferentes; nos toca a cada uno descubrir cuáles son, para luego desplegarlos, mejorarlos y utilizarlos creativamente en pos de algún propósito específico de bien común.

Me despido con un poema relacionado con el sentido que le damos a la vida que me parece oportuno; y cuando nuestro fin se acerque podamos decir como Amado Nervo:

“Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que, si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”

Tona Galvaliz

^{IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.}