Según los datos recopilados por la consultora Politikon Chaco, las ventas reales de los supermercados de la región argentina del NEA vienen en caída hace seis meses con respecto a los mismos meses del año pasado. Las ventas reales se refieren al monto total de transacciones realizadas en el mercado, ajustadas por la inflación.

En comunicación con La Mañana, el empresario supermercadista Ricardo Cáceres indicó que los costos para traer mercadería aumentaron en los últimos meses, y sólo de enero a esta parte del año la inflación superó el 22%.

“Los proveedores tienen problemas para ingresar a las provincias del NEA y eso es costoso porque el transporte sale un poco más caro siempre y también porque deben cumplir con un protocolo”, dijo, y remarcó que “eso se traslada a los precios; no es sólo el dólar, sino la pandemia”.

Según el empresario supermercadista, los precios no se pueden mantener, sino que se deben trasladar “forzosamente”, aunque a veces no es “conveniente” porque en el bolsillo de la gente entra siempre la misma cantidad de dinero.

Consultado por las ventas, refirió que desde hace dos años hay menos consumo y la situación es difícil. “Si antes vendíamos diez paquetes de azúcar ahora vendemos seis o siete. Productos como la harina, el azúcar y el aceite aumentaron entre un 35 y un 38%”, ejemplificó.

Respecto al comportamiento de los precios desde el principio de año hasta ahora, tener un porcentaje real es relativo. “No creo que las ventas aumentaron, se estabilizaron. La semana pasada hubo un repunte seguramente por la subida del dólar, que ayer o antes de ayer retrocedió otra vez; queda cierta desconfianza e incertidumbre en el momento de vender o comprar”, especificó a este matutino.

La pandemia jugó un papel importante en estos cambios de hábitos, ya que tuvo incidencia en dos aspectos muy relevantes. Por un lado, el consumidor está tendiendo a realizar sus compras en comercios próximos a sus hogares como almacenes, panaderías y carnicerías de barrio. Otro aspecto a tener en cuenta es la crisis económica que trajo consigo, por lo que el poder de compra del consumidor disminuyó, haciendo que se gaste menos y se busquen los precios más bajos para cada rubro.

Por otra parte, el supermercadista Cáceres comentó que hay muchos ítems que no están dentro de la inflación que se siente en este momento, que de enero hasta ahora llegó a un 22 o 23%.

“Hay servicios congelados y eso, cuando tenga que aumentar, se va saber recién qué inflación vamos a tener. Sobre la recomposición salarial no creo que haya ningún político ni empresario que no quiera sentarse en una mesa a corregir, porque cuando más dinero hay en la calle, la gente consume y es un efecto multiplicador”, cerró.