En comunicación con La Mañana en Vivo, el sacerdote Francisco Nazar brindó detalles de cómo están transitando la cuarentena las 186 personas que ingresaron a la provincia el último sábado mediante el programa de repatriación de formoseños, y que quedaron alojados en el Centro de Aislamiento Preventivo del Juan Pablo II, ubicado por la Ruta Nacional Nº 11.

Contó que todas las mañanas el personal de salud del complejo toma la temperatura a cada uno de los hospedados. Dijo que se comparten lugares comunes y destacó el espíritu solidario y organizado de todos los alojados en un momento de espera. “Estamos bien atenidos, la comida es rica y abundante, las instalaciones son cómodas y hay historias muy ricas para escuchar entre los formoseños”, expresó.

En la comunicación telefónica, Nazar mencionó que su estadía en el Juan Pablo II empezó el sábado, cuando regresó de Buenos Aires junto a un contingente de formoseños que se encontraban varados en otras provincias del país a consecuencia de la cuarentena restringida.

“Llevamos cinco días recién; todavía nos queda un tiempo de espera para finalmente cumplir con este protocolo. De todas maneras, nos encontramos con un edificio preparado para la contingencia y muy organizado. Todas las mañanas pasamos por el riguroso testeo de temperatura. Al mediodía almorzamos, durante la tarde compartimos lugares comunes con otras personas y siempre disfrutando de historias que, algunos casos, son muy tristes por las dificultades que tiene la gente para conseguir trabajo fuera de la provincia”, relató.

Y agregó: "Hay muchos jóvenes que quedaron desocupados y tuvieron que regresar; gente que cuenta su sufrimiento por buscar trabajo y un mejor pasar lejos de su familia...La preocupación es muy grande”.

Contento de estar en un edificio cedido por la Diócesis de Formosa, Nazar resaltó el espíritu solidario de las personas pese a las condiciones excepcionales que impone la pandemia.

“Estoy celebrando 50 años de sacerdocio en este contexto particular, pero con la fe intacta de que pronto saldremos de esta calamidad. Si bien nos cuesta hacer pedagogía para cumplir con el uso del barbijo y la distancia social, hay un sentido solidario entre nosotros que no nos deja caer en el individualismo”, añadió.