Marcelo Servín, profesor de matemática en la escuela de frontera Nº 13 en colonia La Primavera, contó detalles de cómo un grupo de originarios lo atacaron ayer a la siesta luego de pedir permiso para pasar un corte sobre la Ruta 86. Aseguró en el aire de La Mañana en Vivo que lo podían haber matado si los efectivos no intervenían con rapidez. “Estaban sacados, me destrozaron la cara”, relató.

En la comunicación telefónica, Servir manifestó que ayer a la siesta, cuando el corte recién se empezaba a formar con unos 5 manifestantes, decidió pedir permiso para pasar apelando a la buena relación que tenía con uno de los originarios apostados sobre la cinta asfáltica.

“Salí de la escuela, donde soy docente hace 12 años bajo la modalidad de educación intercultural bilingüe, y como reconocí a un docente que compartí cursos, me saqué el casco de la moto y le dije para cruzar. Inmediatamente malinterpretó mi mensaje, me increpó e insultó, hasta que en un momento se sumaron más y me empujaron. Cuando caí para la banquina, me empezaron a patear y golpear; hasta uno me pisó la garganta", describió.

Según su relato, si los efectivos policiales y de Gendarmería no intervenían con rapidez, como lo hicieron, las consecuencias del violento ataque podían haber terminado en una situación aún más grave. “Estaban sacados. Usaron mucha violencia. Si no mediaba la fuerza de seguridad me podían haber matado, con tranquilidad”, aseguró.

A un día de la feroz golpiza, Servín entiende que los originarios malinterpretaron su pedido de cruzar el corte y por eso tomaron la violenta decisión. “Como tenía plena confianza con el jardinero que estaba en el lugar, y apoyándome en mi trayectoria como docente en la colonia, el respeto de la comunidad y el conocimiento que me tienen, pensé en conversar y pasar; sin embargo fue un error porque en pocos segundo pasó a ser una pesadilla que por muy poco me cuesta la vida”, agregó.

De reposo en su casa de Laguna Blanca, Servín mencionó en el aire de La Mañana en Vivo que no volverá a trabajar en la escuela de La Primavera por miedo a más represalias de los originarios. “Tengo miedo, asique seguramente voy a pedir el traslado porque no me gustaría compartir un espacio con gente tan violenta. Me hicieron un gran daño, no sólo físico, sino también psicológico”, argumentó.