En diálogo con La Mañana, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicios de Formosa, Angel Luis Bigatti, afirmó que debido a los convenios firmados en el marco de las paritarias del sector, el personal de los surtidores percibirá un incremento en los haberes cercano al 10%, dividido en dos tramos de 5% aproximadamente, que se abonarán con los salarios de enero y febrero. De este modo, los empleados y empleadas recibirán una suba que supera los $ 4.000 decretados por la gestión nacional.
Por otro lado, comentó que con los incrementos que el personal recibirá en marzo y abril, el aumento en los haberes del sector se ubicará, en el orden anual, por encima la inflación de 2019 (53,8%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos), y llegaría al 55% aproximadamente.
“El sueldo básico de un playero, hasta diciembre de 2019 y con menos de un año de antigüedad, es de $ 47.124. A su vez, el salario de quien tiene 16 años de antigüedad, es $ 65.789,822. A cada salario hay que sumar un 50%, para abonar las cargas sociales”, acotó.
Por ello, el empresario planteó que el aumento salarial decretado por el Gobierno nacional es “una disposición general, que no tiene en cuenta lo que existe en cada actividad”; y agregó: “Si se suman $ 4.000, es como si se duplicara el aumento. Por otra parte, como la suba decretada es a cuenta de paritarias, entonces ya no correspondería que nosotros paguemos la suma establecida por la Nación, porque ya tenemos incrementos pactados para enero y febrero, que superan la cifra mencionada, tomando el ingreso básico de quien menos gana. En vez de pagar $ 3.000 y $ 1.000, pagamos dos tramos de $ 2.000”.
“No sabemos si el ministro de Trabajo de la Nación comprenderá esta situación. En el período 2010-2019, cerraron 3.000 estaciones de servicios en la Argentina, porque los surtidores necesitan vender cada vez más litros de combustible para poder subsistir. Y el problema se agrava con los montos que se abonan a las tarjetas de crédito, y lo que se paga en concepto de impuestos. No hay ningún organismo que determine que algún sector está pagando demasiados tributos. Se está llevando este contexto a una situación límite”, reveló.
“Nuestro problema son los altos impuestos y los costos de las tarjetas de crédito. Las tasas de interés son altísimas, y la carga la soporta el comerciante que tiene que esperar el reintegro del combustible. Muchas veces, lo que ingresa es inferior al precio de reposición y significa una pérdida. Hay meses en los cuales no se llega a cubrir los costos, y la deuda de las estaciones crece”, manifestó Ángel Bigatti.