Renato Venturini, bandoneonista y director de orquesta, conversó con Cronopio, a pocos días de presentar un gran disco, en una de las mejores salas de Buenos Aires
Renato Venturini es formoseño, bandoneonista y a sus 24 años, director de orquesta. El músico casi por herencia, presentó en el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF) de Buenos Aires, el primer disco de la "Orquesta Típica Pichuco". Cronopio charló con él.
Si bien reconoce que no es el mejor momento para mantener una orquesta, por una cuestión económica, dice: "Por suerte, siempre hay gente que pone lo musical o artístico antes que lo monetario". Para Renato, "ser parte de una orquesta es un placer". Así, enfrenta y proyecta un camino musical que promete ser largo, una carrera que se despierta desde pequeño, viendo a su abuelo y a su tío ensayar.
Renato es nieto del legendario pianista Don Julio Pereiro, un músico completo y autodidacta, formador de grandes artistas locales, y sobrino del reconocido bandoneonista, Federico Pereiro. La música, el empuje y el amor al tango, vibra en sus genes. "Una vez que descubrís a Troilo, es imposible que no te guste. Lo que pasa es que no hay mucha movida mediática. Es decir, si un tango, una milonga de tal nivel, se pasara constantemente por las radios más escuchadas, como suele pasar con otro tipo de música -más comercial-, sería mucho más demandada", reflexiona, para comentar luego, el repertorio de su orquesta.
"Hicimos un homenaje a Troilo, tocamos 12 temas de nuestro primer disco y unos más. La sala estuvo llena, hemos hecho una buena movida para promocionarnos y además elegimos un lugar concurrido. La gente salió muy contenta, gustó mucho", detalló el director. Según dijo: "Hace dos años viene marchando con esta actividad" y el primer motor que los gobierna es el gusto.
No escriben su propia música, la Orquesta Pichuco ejecuta música consagrada, y así, mediante un repertorio compuesto en gran parte por milonga, enamora, alegra y despierta las ganas de bailar al público.
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