“La peatonal está muerta. No viene la gente. Muchos locales están cerrando y otros se trasladan hacia otros lugares. Por la baja capacidad de compras y la falta de colectivos las ventas cayeron abruptamente”, manifestó el encargado de Full Ram, Pedro Cabrera, al describir la situación que están atravesando los comerciantes del microcentro de la ciudad en el marco de la fuerte recesión económica y el freno en el consumo.
“Por la crisis nos quedamos sólo con dos locales abiertos. Estamos achicando presupuesto para tratar de mantenernos ante los aumentos de alquileres, impuestos y servicios. Los números para seguir en la actividad no están cerrando”, refirió el comerciante.
En este escenario, Cabrera dijo que sus locales tienen que facturar un mínimo de 20 millones de pesos al mes para afrontar la estructura de costo (salarios, impuestos, servicios) y evitar el cierre de nuevos negocios.
“Fue el piso límite que nos fijó el dueño de la firma. El mes pasado llegamos a 21 millones, que sólo alcanza para sobrevivir pero no para renovar o reponer el stock; no alcanzó para comprar mercaderías. Necesitamos estar más holgados para recibir nuevos productos y ponerlos a la venta”, indicó.
Cabrera afirmó que “la situación es desesperante” para gran parte del sector comercial por no puede reencausar su rentabilidad pese a que “bajaron los costos de las financieras para hacer créditos y las tarjetas empezaron a utilizar 6 cuotas sin recargos”.
En su análisis, aseguró que la pérdida del poder adquisitivo de la gente es un factor determinante en la caída del consumo, pero agregó que “la falta de colectivos urbanos (más de un mes de paro por reclamo salarial de choferes) incluyó fuertemente para que no haya clientes en el microcentro”.