El automóvil Peugeot 2008 que el domingo a la madrugada atropelló violentamente un árbol en la avenida González Lelong y Fortín Yunká, tras lo cual derrapó varios metros y terminó girando sobre su eje, causando la muerte de la joven Sofía Elena Puyó, iba a más de 120 kilómetros por hora al momento de producirse el impacto.
Esto surge de los resultados que arrojaron las primeras pericias realizadas por especialistas en la materia en la búsqueda por establecer a qué velocidad circulaba el vehículo que protagonizó el lamentable hecho.
Según conclusiones preliminares, la velocidad mínima probable a la que circulaba el automóvil conducido por Diego Ramoa, amigo de la víctima fatal, antes de estrellarse contra el árbol, supera ligeramente los 120 kilómetros por hora.
A esta determinación llegaron los peritos tras analizar el rastro visible de derrape que dejó el vehículo en el asfalto antes de impactar contra el robusto mango en la vereda de la avenida González Lelong, luego de cruzar raudamente la calle Fortín Yunká.
Sobre este tema, la Ley Nacional de Tránsito 24.449 dice en su artículo 51 que en las avenidas en zonas urbanas la velocidad máxima permitida para autos y motos es de 60 kilómetros por hora.
La investigación a cargo de la jueza Laura Karina Paz está reuniendo todos los elementos probatorios para establecer con certeza las circunstancias que rodearon a este penoso siniestro vial, para poder encuadrar el hecho conforme a derecho, es decir si se trata de un homicidio culposo simple o agravado.
En tal sentido, el examen de alcotest realizado al conductor reveló que cuatro horas después del choque tenía 0,60 gramos de alcohol en sangre, superando el límite de 0,50 que establece la legislación para nuestra provincia. No obstante, los peritos profundizaron las pesquisas para tener el dato exacto sobre la cantidad de alcohol que tenía en el cuerpo cuando ocurrió el siniestro, minutos después de las cuatro de la madrugada del domingo.
Mientras la investigación avanza en este sentido, se está tramitando en simultáneo el pedido de excarcelación que pidieron los abogados del joven Ramoa, estimándose que en las próximas horas habrá novedades sobre dicha solicitud.
Por lo pronto, el joven de 23 años sigue detenido en la Comisaría Seccional Primera, bajo el cargo de homicidio culposo.
Trágico
El siniestro vial ocurrió minutos antes de las 4.30 del domingo último y fue protagonizado por el Peugeot 2008 que conducía Ramoa, quien providencialmente solo sufrió golpes leves y fue dado de alta a las pocas horas, tras lo cual quedó detenido a disposición de la Justicia.
El vehículo se desplazaba velozmente por la mano de la avenida que va al centro de la ciudad (oeste-este) y al cruzar la calle Fortín Yunká, el conductor perdió el control del rodado, salió de la cinta asfáltica y embistió de costado una robusta planta de mango que está en la vereda del Hogar para Personas con Discapacidad, absorbiendo gran parte del impacto la joven Sofía Puyó, que iba como acompañante, quien falleció segundos después a causa de las graves lesiones sufridas.
Fue tan violento el impacto contra el árbol que el auto siguió varios metros sobre la vereda y luego giró bruscamente sobre su eje, quedando en posición contraria a la dirección que llevaba. En esas circunstancias, la joven salió despedida por la ventana y cayó al pavimento donde murió casi en el acto. El conductor, en tanto, que llevaba colocado el cinturón de seguridad y esto hizo que se activara su airbag, sólo sufrió raspones en el rostro, logrando salir del habitáculo por sus propios medios.
Un video registrado por una de las cámaras de la estación de servicio de González Lelong y Fortín Yunká, que enseguida se hizo viral en las redes, mostró el momento exacto en el que el automóvil cruza la esquina velozmente, segundos antes de estrellarse contra el árbol.