Frente a la actual pandemia por coronavirus, se están desarrollando más de 160 vacunas contra el SARS-CoV-2 en todo el mundo, con la esperanza de llevar una al mercado en un tiempo récord para aliviar la crisis mundial. Una de ellas es la vacuna rusa, conocida como Sputnik V.
La vacuna rusa Sputnik V fue registrada el 11 de agosto en pleno cumplimiento de las normas internacionales. Creada de forma artificial, sin ningún elemento del coronavirus en su composición, se presenta en forma liofilizada, es decir, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo y luego administrarlo por vía intramuscular.
El fármaco utiliza una tecnología de adenovirus humano de dos vectores diferentes, Ad5 y Ad26, para una primera y una segunda inyección. Sin embargo, Sputnik V no contiene adenovirus humanos vivos, sino vectores adenovirales humanos que no son capaces de multiplicarse y son completamente seguros para la salud.
Se basa en una plataforma de vacuna de dos vectores ya existente, desarrollada en 2015 para tratar el ébola, que superó todas las fases de los ensayos clínicos y fue utilizada para derrotar la epidemia de esa enfermedad en África en 2017. Varias otras empresas están utilizando también plataformas basadas en vectores adenovirales humanos para sus vacunas contra el COVID-19, como Johnson & Johnson, que usa solo el vector Ad26, y la china CanSino, que emplea únicamente el Ad5.
Pero, ¿cómo se logró una vacuna en tan corto plazo? Como explicó Denis Lugunov, director del Centro Gamaleya y miembro de la Academia Rusa de Ciencias que lidera el grupo de desarrolladores de la vacuna rusa, en el marco de la conferencia virtual sobre la vacuna Sputnik V Estado de desarrollo, ventajas y perspectivas de cooperación con América Latina, de la que participó Infobae, "la forma de trabajar con esta vacuna ha sido elaborada hace mucho tiempo. Lo que hicimos fue trabajar en una plataforma ya desarrollada. Cambiamos e insertamos una proteína que es responsable por la producción de la proteína S, teniendo la tecnología se puede desarrollar en breve plazo, haciendo las modificaciones. Fue un camino muy largo para el que tuvimos que trabajar minuciosamente”.
“Ha probado un 100% de efectividad en la población que fue vacunada. Nuestro mayor enfoque es la seguridad del ser humano al utilizar esta vacuna. La inmunidad duraría entre 1 y 2 años. En cuanto a los efectos colaterales, hay un pequeño porcentaje de personas que experimentaron fiebre, enrojecimiento en la zona de la inyección, pero no se presenta ninguna complicación grave ni moderada como ha sucedido con otras, y eso está relacionado con que nuestra vacuna presenta un gran nivel de purificación y tiene una ventaja ya que unifica dos vectores”, explicó Kirill Dmitriev, quien dirige el Fondo de Inversión Directo de Rusia.