pixel facebook
Martes 30 de Abril de 2024

28 ° C Clima

Logo Editorial


El mundo está cambiando

Una columna de opinión de Fabián Hryniewicz



Recuerdo parte de una estrofa de un pegadizo tema interpretado por Los Iracundos, un famoso conjunto musical de los 60, que rezaba: "el mundo está cambiando, y cambiará más". Vaya que sigue muy vigente.

No es ninguna novedad que las relaciones entre los Estados Unidos y China fueron siempre un poco tensas, más por temas comerciales que por cuestiones ideológicas.

Corea del Norte jugó, hasta hace algunas semanas, un fuerte rol de equilibrio entre las dos potencias, ya que los norcoreanos dependían de China para sobrevivir al tremendo bloqueo internacional y los norteamericanos necesitaban a los chinos como mediadores para evitar un conflicto armado con el país liderado por Kim Jong-Un, de impensados alcances destructivos por la disponibilidad de arsenal nuclear en ambos bandos.

Pero finalmente, Trump y Kim lograron arribar a un entendimiento y restablecer relaciones de excelente y hasta de muy amables características. Obviamente, China perdió su valor estratégico de mediación y equilibrio, y se convirtió en el principal rival económico de Washington, otorgando así la justificación a las políticas proteccionistas adoptadas por el país del norte de América.

Las tensiones preexistentes han pasado a convertirse en un conflicto comercial entre la potencia americana y el gigante rojo, dando cuerpo a una de las ambiciones políticas más fuertes de Donald Trump, cerrar sus fronteras comerciales. Recordemos que el Banco Mundial ya había advertido que las trifulcas comerciales chino-estadounidenses corrían el riesgo de dañar el crecimiento económico a nivel global.

Ahora bien, esta situación causa un efecto pernicioso a la economía mundial, ya que muchas naciones desarrolladas también han implementado políticas económicas proteccionistas y de neto corte nacionalista como mecanismo de preservación de su integridad industrial y comercial a las adoptadas por el presidente norteamericano contra todos, lo cual magnifica el efecto destructor de las economías de los países emergentes y el comercio internacional a gran escala.

Por supuesto, la Argentina se vio seriamente afectada por este conflicto de intereses internacionales, aunque no se tomaron recaudos ni se apreciaron las consecuencias en su justa medida, cuyas secuelas estamos sufriendo en la actualidad.

Un dólar apreciado pero sin mercado exterior desarrollado, tasa de interés exorbitante, alta presión tributaria debido a un exagerado gasto fiscal y una inflación que no se logra controlar describen un teatro económico preocupante, sobre todo si se suma la merma del poder adquisitivo y la retracción de la producción industrial agravado por la reducida eficacia del sector agropecuario por efectos negativos de la naturaleza.

Desde la CAME, se le pidió al presidente Mauricio Macri por tasas diferenciales para las pequeñas y medianas empresas, bajar el costo argentino (especialmente en materia impositiva laboral) y mayores facilidades de acceso a crédito (a tasas realistas) para poder invertir y crecer.

Macri reconoció que se está lejos de dar las herramientas que tienen las PyMES en la región, pero que su gobierno está para ello, buscando solución a los problemas estructurales. 

La dirigencia de CAME dio como válida la actualización del tipo de cambio, ya que posibilita mejorar las precios competitivos en relación a los internacionales, aunque subordinaron su eficacia si se implementan medidas políticas que garanticen la previsibilidad y estabilidad del mercado. 

"Somos optimistas porque es un Gobierno que escucha y dialoga", remarcó el titular de CAME, Gerardo Díaz Beltrán, quien reconoció "el esfuerzo para enfrentar momentos difíciles".

Pero en la macroeconomía, estamos muy distantes de estabilizar la nave y dar orientación al rumbo definitivo. Simplemente porque el nacionalismo económico no proviene solamente de las políticas de Donald Trump, sino porque se ha generalizado la corriente socioeconómica en varias economías mundiales. Tengamos presente que el nacionalismo es históricamente contagioso y nuevamente puede retornar con gran virulencia. Como bien expresa el BM, es muy tribal e instintivo aquello de imitar a los vecinos en defender lo propio. Sobre todo cuando se tiene la sensación de que todos los dirigentes lo hacen menos, y que "somos de los pocos que estamos haciendo el tonto" manteniendo nuestros mercados abiertos a la competencia extranjera, mientras nos llueven los aranceles a nuestros productos y empresas por doquier.

Indudablemente que hay que defender lo propio en un mundo ultra-competitivo y lleno de amenazas económicas, pero el nacionalismo económico no defiende, sino que ataca a su entorno.

Como expresé en una columna anterior, corremos riesgo de estar en vísperas de la destrucción del actual sistema socioeconómico por lo que los ciudadanos no ven otra salida más que las recetas fáciles para una realidad económica que siempre es compleja. Es decir, depender de un Estado paternalista y protector, lo que nos llevará a una situación tan compleja que será difícil de resolver.

Leí por allí a un periodista que escribía: es mucho más peligroso un país rico venido a menos que un país en vías de desarrollo que crece un poco menos. Este es un fangal del que aún no tenemos ni idea de cómo hacer salir al auto. Las ruedas patinan y dan vueltas sin parar, pero no nos llevan a ningún lado. Es imperioso parar, ver el escenario en su total contexto y tomar las medidas necesarias de inmediato, si no el mundo nos avasallará.


Comentarios
Los comentarios publicados al final de cada nota son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden generar sanciones legales. La empresa se reserva el derecho de moderar los comentarios y eliminar aquellos que sean injuriosos o violatorios de cualquier legislación vigente.
Todos los Derechos Reservados © 2024 Editorial La Mañana

La Mañana
RSS
Sitemap

Redes Sociales
Facebook
Instagram
Twitter

Miembro de
Logo Adepa
Adherente a Programas
ONU mujeres

Logo Footer