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La Fundación de Formosa: entre la controversia historiográfica y la efeméride provincial

Por Alicia Nelly Caballero, Dra. en Historia, Prof. Tit. Ord. Cat. Historia de la Historiografía - Facultad Humanidades – UNaF



En el último tercio del siglo XIX, en el marco de las disputas y acciones tendientes a la institucionalización definitiva del poder estatal, el Gobierno argentino llevó a cabo el proceso de ocupación de los “espacios vacíos” con el fin de eliminar la frontera interior y delimitar la frontera exterior. Precisamente la llamada “Guerra Grande” (1865 – 1870) puso sobre el tapete la cuestión de definición de los límites entre los países de la Cuenca del Plata involucrados en la tragedia bélica (Argentina – Brasil – Paraguay y Uruguay). El Tratado de la Triple Alianza refería de manera vaga e imprecisa los límites entre Argentina y Paraguay, dejando abierto un sinnúmero de posibilidades territoriales a concretarse una vez resuelto el derrocamiento del Gobierno de Francisco Solano López.

La guerra trajo al primer lugar de la escena bélica y diplomática la cuestión de la posesión del Chaco, especialmente en lo que se refiere al Chaco Central y al Chaco Boreal, áreas cuya ocupación efectiva era todavía una asignatura pendiente tanto para el Paraguay como la Argentina.

La frontera exterior y la ocupación del Chaco

En octubre de 1869, a raíz de una disputa por la extracción de maderas en la zona del Chaco Boreal, el general Emilio Mitre, jefe de las Fuerzas Argentinas en el Paraguay, ocupó militarmente la región del Chaco al Norte del Pilcomayo, sosteniendo que “el Chaco era exclusivamente argentino”. El Gobierno argentino aprobó lo actuado por Mitre ratificando derechos incontestables sobre dichos territorios, dejando abierta la discusión limítrofe para cuando la República Paraguaya tuviese Gobierno titular. La ocupación acarreó la protesta de las autoridades paraguayas bajo la influencia imperial brasilera.

El Decreto del 31 de enero de 1872, dictado por el Presidente Sarmiento, consolidó la autoridad del Estado argentino en los territorios del Chaco y otorgó pautas de organicidad a la nueva jurisdicción territorial, orden que se ajustó y amplió con la Ley N° 576/72.
El asiento de la gobernación fue Villa Occidental. Al mismo tiempo, la proclamación de la conocida Doctrina Varela, que sostenía que “la victoria no da derechos”, mostraba evidentes contradicciones entre lo actuado y lo proclamado.

El 3 de febrero de 1876 se firmó el Tratado de Límites, Pago, Navegación y Comercio y la aceptación del presidente de los Estados Unidos como árbitro para la cuestión de Villa Occidental. Argentina había renunciado a un sector del Chaco Boreal (región comprendida entre Bahía Negra y el río Verde), aceptó el arbitraje de la región comprendida entre el río Verde y el río Pilcomayo, de manera que el límite Norte entre la Argentina y el Paraguay reconocido por ambos países fue este último río. El fallo arbitral se conoció el 12 de noviembre de 1878 por el que Rutherford B. Hayes reconoció que la República del Paraguay “tiene legal y justo título al mencionado territorio comprendido entre los ríos Pilcomayo y Verde y la Villa Occidental situada en aquél”.

Una controversia historiográfica

Conocido el fallo, el Estado argentino debía evacuar y entregar Villa Occidental. A tal efecto, en febrero de 1879, el ministro Saturnino M. Laspiur solicitó al gobernador del Chaco, Cnel. Lucio V. Mansilla, tomar una pronta decisión sobre el establecimiento de la “nueva Villa donde ha de tener su asiento el Gobierno de los territorios del Chaco”. El sitio a elegir debía responder también a “las exigencias de la estrategia militar, el comercio y la colonización”.

Mansilla ya contaba en su poder con los informes de Fontana sobre las particularidades del litoral chaqueño al Sur del Pilcomayo y respondió a Laspiur que el punto indicado para la nueva capital era el conocido desde el tiempo de los españoles con el nombre de Punta Hermosa o Formosa. Por lo que en los primeros días de marzo, Fontana fue encomendado a realizar el estudio de las “costas de Formosa” y demás trabajos que permitan el traslado de la gobernación y el pronto desalojo del territorio perdido. Recién el 24 de marzo, Fontana remitió el informe pericial de la expedición exploratoria acompañado de un croquis topográfico referido al punto denominado “Formosa” en la margen derecha del río Paraguay. Había contado con la asistencia del comandante del vapor “Resguardo”, D. Pedro Solane, el My. Sandoval, los subtenientes Emilio Pisanti y Carlos Moas, y los vecinos de Villa Occidental Benjamín Duffard, Timoteo Gordillo, Francisco Bibolini y Emilio Cavenago.

Para cumplir la misión, Fontana realizó el viaje en el vapor “Resguardo”, que estaba al servicio de la gobernación desde julio de 1878, siendo gobernador D. Pantaleón Gómez. Toda la reseña del reconocimiento topográfico-ambiental está relacionada con Formosa, lo que indica que se consideró el lugar más apropiado, teniendo en cuenta que también se habían explorado los parajes “Monte Claro” y “Orange” para determinar cuál era el propicio para el nuevo asentamiento. El informe constaba de quince (15) folios de papel oficio con membrete de la gobernación Chaco. El mismo fue elevado al gobernador Mansilla mediante nota fechada en Formosa el día 24 de marzo de 1879, que es transcripta íntegramente y en el párrafo final Fontana afirmaba: “Con este motivo y considerando que es éste el primer documento oficial que se haya fechado y firmado en este paraje del Chaco, ten (falta la sílaba go) la satisfacción de informar con arreglo a las instrucciones escritas de V. E.”.

El 8 de abril, “la culminación de un proceso”

Ahora bien, la fundación de Formosa ha constituido un nudo vertebral para los historiadores locales-regionales preocupados en estudiar fechas, hechos y trayectos que diluciden el instante preciso del nacimiento de la Villa Formosa, siempre aportando documentos legítimos validadores de la postura interpretativa de este foco histórico. En esta ocasión nos interesa recuperar la versión que Armando De Vita expone en su “Contribución para una Historia Grande de Formosa” (1971).

Es así que De Vita considera necesaria la publicación del informe de Fontana, porque:
“… ello nos ayudará a determinar fechas, tal vez nombres y por, sobre todo, deducir el tiempo que debió emplearse y la permanencia sobre la zona formoseña. Esto último para afirmar todo el valor innegable del 8 de abril de 1879 como el de la única y verdadera fundación de Formosa, negando las del 24 y 28 de marzo”.

Al pie del informe de Fontana, el gobernador Lucio V. Mansilla ordena el día 27 el pase al ministro Saturnino M. Laspiur y su publicación para conocimiento de los vecinos. El remito correspondiente al ministro del Interior se realizó por nota, de forma en la que Mansilla expresaba que las costas de Formosa reunían las condiciones adecuadas para la fundación de un pueblo.

De acuerdo a la Carta Abierta de Fontana el 28 de marzo, Fontana desembarcó en las costas de Formosa, se estableció un servicio militar, se armaron algunas carpas y se continuó la descarga con bastante dificultad porque la barranca, a más de ser alta y escarpada (más de 12 metros de cota), se hallaba resbaladiza y el día 29 de marzo Fontana comunicó a Lucio V. Mansilla que estaba en Corrientes, acordando con el gobernador provincial (Felipe Cabral) la utilización de guardias nacionales para “tomar posesión de las costas de Formosa” mediante nota que A. De Vita también transcribe. Confirmada la decisión de las autoridades nacionales, el Comandante Fontana procedió a “tomar posesión oficial de este punto designado para asiento futuro de la Gobernación del Chaco”, teniendo lugar la ceremonia de práctica en casos similares “al enarbolar por primera vez la Bandera Nacional”, el día 8 de abril de 1879.

Para oficializar el hecho, Fontana labró el Acta correspondiente por la cual “… tomó formal posesión de este punto, situado en el Chaco Central sobre la margen del río Paraguay por 26°12´6´´ Latitud Sur y 25°25´25´´ Longitud Oeste, Meridiano de París, paraje denominado Formosa…”. La copia del Acta fue remitida al ministro Laspiur, acompañada de elevo de referencia. Hasta aquí la crónica sucinta de hechos y mención de documentos oficiales citados y transcriptos por Armando De Vita en relación a la fundación de Formosa.

La fecha de fundación de la nueva capital ha sido motivo de controversia historiográfica originada probablemente en las aseveraciones hechas por el mismo Fontana en la célebre Carta Abierta que según el biógrafo J. L. Olivera “tuvo enorme influjo en varias generaciones de formoseños, llevando a una exposición casi tautológica de los acontecimientos iniciales de la Villa”.

De Vita, en su “Contribución…”, también se involucra en la discusión histórica desplegando un notable interés en esclarecer la fecha fundacional de Formosa que lo condujo a la búsqueda de documentos oficiales en repositorios nacionales y locales que disipen las dudas sobre la cuestión.

En este afán, De Vita se interna en la delicada tarea de precisar cuál es la fecha verdadera, realizando un recorrido por las fechas probables y documentos que las sustentan para defender la postura del 8 de abril de 1879 como fecha inaugural.

Entre los diversos pareceres de la fecha fundacional, De Vita examina:
El día 24 de marzo de 1879, mencionado por el historiador correntino Hernán Félix Gómez, quien se basó en la fecha de elevación del Informe de Luis Jorge Fontana al gobernador Mansilla desde Formosa.

El día 28 de marzo de 1879, fecha en se concretó el principal desembarco de tropas, enseres y pobladores desde Villa Occidental conducido por Fontana.

El 8 de abril de 1879, día en que se efectivizó la “toma de posesión” formal de las costas de Formosa por J. L. Fontana, fecha indicada como legal por el salteño Carlos G. Romero Sosa, quien se sostiene en el “Acta de Posesión” reproducida en el “Diccionario Histórico Argentino” (T. III: p. 729).

Con posterioridad, en 1977, el Gobierno provincial envió una carpeta conteniendo diferentes documentos probatorios a la Academia Nacional de la Historia, solicitando realice los estudios necesarios para la determinar la fecha correcta del acontecimiento fundacional. En la preparación de dicha carpeta habría participado activamente A. De Vita. En noviembre de ese año, el alto cuerpo histórico en sesión privada aprobó el Dictamen emitido por la Comisión Asesora integrada por los miembros de número, Dr. José Mariluz Urquijo, el Dr. Horacio Cucoresse y el Prof. Andrés Allende, con la consulta previa al Dr. Ernesto Maeder. La comisión académica dedujo que la toma de posesión siguió un proceso con los siguientes momentos:

- 24 de marzo de 1879: Exploración de Formosa.
- 28 de marzo de 1879: Asentamiento de los primeros pobladores.
- 8 de abril de 1879: Acto de Toma de Posesión.

La Academia Nacional de la Historia finalizó el informe sugiriendo “al Gobierno de la provincia retome a la fiesta cívica tradicional del 8 de abril…” porque es “la culminación de un proceso”.

El 6 de abril de 1997, el Poder Ejecutivo provincial, por Decreto N° 417, establece el 8 de abril como fecha histórica provincial y fiesta cívica formoseña, reconociéndose la fecha fundacional de la ciudad de Formosa como “la culminación de un proceso histórico jurídico, así como el inicio de posteriores acontecimientos trascendentales para la sociedad formoseña.



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