Los vaporizadores y los cigarrillos electrónicos invaden la ciudad. Existen múltiples razones que podrían explicar este crecimiento y, si bien están prohibidos por el ANMAT, esto no parece preocupar a los vendedores. De hecho, en las páginas de venta online, abiertas a todo el público, se ofrecen más de mil productos, sin ningún tipo de control.

La cultura del "vaping" nació en la década del '60, aunque en los últimos años resurgió con mucho más fuerza, no solo en el país, sino en todo el mundo. El sistema permite inhalar vapor de agua a través de un vaporizador personal, o un cigarrillo electrónico, que a su vez tiene una sustancia, que puede ser desde nicotina a drogas sintéticas.

Los peligros de utilizar estos sistemas son ignorados por los jóvenes. De acuerdo a un trabajo realizado por School of Applied Social Sciences de Durham, Inglaterra, "los jóvenes no consideran al 'vaping' como un método de inhalación de nicotina", por lo tanto sus motivaciones para el uso de cigarrillos electrónicos varían de las de los de los adultos. Sólo el 28 por ciento de los adolescentes los utilizaron bajo la falsa creencia que los ayudarían a dejar de fumar, mientras que el resto de ellos lo consideraron "un pasatiempo divertido".

El rol de las nuevas drogas psicoactivas

Los cannabinoides sintéticos son sustancias sintéticas desconocidas para la medicina, por lo tanto no se sabe qué cuadros van a generar en los pacientes durante las intoxicaciones agudas y tampoco se conocen los daños a corto, mediano y largo plazo. Estos buscan simular el cannabis, debido a que "actúan exactamente en los mismos receptores, pero son mucho más potentes".

"Estos cannabinoides vienen de manera líquida y se los comercializa como inciensos. Por eso, el más conocido se lo llama 'Spice' y de planta de cannabis no tiene nada", dijo Peronace. Y agregó: "Es última tendencia con estas sustancias que vienen de manera líquida, que se utilizan para consumir las nuevas sustancia psicoactivas, decididamente tiene mucho que ver con el aumento y el consumo de vaporizadores. Más allá de la falsa creencia que estos generan menos daño pulmonar que el cigarrillo de marihuana".