“Estimados padres: los dos profesores que corresponden dar clases en (xx curso y división) tienen mesa de examen y la profesora (x) tiene licencia médica. Queda a su criterio enviarlos a los estudiantes, no tendrán clase el día de hoy”. Esta copia de pantalla corresponde a un mensaje de celular, que me hizo llegar un padre cuyo hijo adolescente concurre como estudiante de una escuela secundaria de la ciudad.

Sin dudas, la situación alude a las conocidas “horas libres” o ausencias de profesores, en la escuela secundaria, aun cuando, en este caso, ya se trata de ‘jornada libre’, por lo que la situación se vuelve más compleja, pues que un día hábil, un hijo adolescente no deba ir al colegio, no puede tomarse como caso normal. Es cierto que el criterio escolar ante el hecho es dejar librado al estudiante con su padre, si desea asistir o no, a esa ‘jornada libre’, lo cual hace suponer, que, sean más o sean menos los presentes, la escuela estaría contando con dispositivos de atención para ese día, salvo que el mensaje conlleve el propósito de que los padres se inclinen a “¡quedate nomás en la casa, hijo…!” y listo.

En tren de problematizar la cuestión, si la decisión familiar es que asista a la escuela ¿qué hará en la escuela? ¿quién/es se hace/n cargo del o de los estudiantes presentes, y para hacer qué cosa, educativamente valiosa? ¿La institución tendrá un listado de opciones individuales y/o grupales posibles, tipo bibliotecas, sala de Informática, opciones de películas, laboratorios, deportes, gimnasia… con guías de aprovechamientos curriculares múltiples, con preceptores y/o tutores que puedan encauzar atenciones y guías? ¿O la/s hora/s o jornada/s libre/s, serán en aulas cerradas con ‘tareas libres y/o con celulares’ y vigilancia o no, a distancia? ¿De qué naturaleza serán las trabas u obstáculos que estarían impidiendo alternativas de otras actividades, ‘extraclases’, con participación libre de docentes y estudiantes, y sin que ello sea ‘carga pesada’ para unos y otros?

Para esta nota, consulté con colegas de colegios privados, sobre la problemática de las ‘horas libres’. Y recibí respuestas coincidentes: “¡Nos condenan los padres si por las ‘horas libres’ regresan sus hijos antes del tiempo convenido! …¡¡para esto les pagamos!! dirían en coro!” Entonces, fue mi pregunta …” ¿qué y cómo hacen”!? “Los profesores tienen el compromiso de planificar y avisar sus ausencias, y los preceptores y tutores saben sus responsabilidades para la emergencia”. Y aquí queda de relieve una pregunta que hace años me hago como docente: ¿Por qué, en casos, tenemos actitudes laborales duales cuando ejercemos en escuelas de gestión estatal y en escuelas de gestión privada? ¿Será problema ético y deontológico, o de otra naturaleza?

Las ausencias y licencias de los docentes, son derechos laborales; las coberturas transitorias de cargos también existen, y las ‘horas libres’ están lejos de desaparecer. Es cierto que constituyen una muy sentida debilidad en el ya dramático ‘nivel medio o secundario’, dramático no solo por las ‘horas libres’ aquí y en cualquier parte del país y del mundo, sino porque cada vez más la adolescencia es menos atendida familiar e institucionalmente. Tengo experiencias y datos de colegios que llevan ensayados proyectos de coberturas de horas libres, primordialmente, en aquellos colegios que cuentan con el régimen laboral de profesores designados por cargos docentes, y no por horas cátedras sueltas. Mi experiencia más exitosa la tuve con el de régimen por cargos docentes, pero tampoco el éxito fue total, aun cuando bastante creo habernos aproximado a soluciones posibles.

Lo más próximo y exitoso que se puede dar en la Educación Pública a la luz del problema es la intensificación y mejoramiento laboral, organizacional y salarial de los docentes, que sí o sí deben ir a las designaciones por cargos e ir terminando con las ‘horas cátedras’ sueltas y mínimas (‘profesores taxis’), y apuntalar fuertemente la planificación institucional de cara a los reales problemas que deben afrontar los colegios con sus estudiantes, sus contextos e interinstitucionalmente. La juventud adolescente y las familias con dichos hijos, en crisis generalmente, los demandan urgentemente.