Néstor, junto a su esposa Silvia, comenzó a vender medialunas (y próximamente empanadas) los fines de semana para conseguir un ingreso familiar que le permita “sobrellevar los gastos de la casa”, ante la imposibilidad de contar con su salario de colectivero por la deuda de casi tres meses que mantiene la empresa Crucero del Sur con los trabajadores. Para generar una ganancia extra también trabaja de Uber con su moto.
“Mi señora siempre hizo ricas facturas. Fue ella quien me propuso venderlas a partir de que siguen pasando los meses y no cobramos el sueldo en la empresa. Decidimos emprender y reinventarnos para sostener la familia y conseguir un ingreso que nos permita sobrellevar los gastos de la casa. Tenemos una hija y el crédito de la vivienda ProCreAr para seguir pagando”, comentó Néstor a La Mañana.
Sobre el emprendimiento familiar, dijo que “arrancó hace dos fines de semana atrás con buena respuesta de la gente, que fue haciendo su pedido con anticipación a través del número 3704-776286”.
“Vendemos la docena de facturas a 4.500 pesos. Levantamos los pedidos y los entregamos a domicilio sin costo. Ya tenemos una clientela que nos ayuda. La idea es seguir agregando otras opciones, como la de este sábado al mediodía y la noche con empanadas”, indicó.
A la espera de que la empresa Crucero del Sur regularice la situación salarial con sus trabajadores, que siguen de paro en reclamo de los haberes adeudados (dos meses y un bono de $ 60.000), el chofer subrayó: “Siempre pensé que con el cambio de Gobierno, las cosas se iban a poner difíciles, incluso manejando la posibilidad de cobrar tarde. Pero nunca imaginé llegar a este límite de no contar con mi salario de chofer para sostener a mi familia. No nos queda otra que reinventarnos y salir adelante. A la venta de medialunas y empanadas también le tengo que sumar un extra, como conductor de Uber con la moto, para alcanzar unos pesos más”, concluyó.
A principio de semana, La Mañana también contó la historia de Lucas, colectivero de la línea 40 de Crucero del Sur, que ante la falta de su sueldo, decidió emprender con un negocio de almuerzos y cenas para llevar, ofreciendo combos guiseros familiares a precios accesibles.