El fallecido expresidente, Carlos Menem tenía una fuerte vinculación con Formosa que excede lo que pudo hacer durante su presidencia, en la década de los ’90.
El 24 de septiembre de 1980, la Dictadura lo trasladó como preso político a Las Lomitas, donde vivió casi un año y se convirtió en un ciudadano más de esa comunidad.
Primero fue alojado en el Escuadrón 18 de Gendarmería, donde pasó la primera noche, hasta mudarse por invitación a la casa de la familia Flores, donde una placa recuerda su residencia allí. La Gendarmería lo autorizó y dispuso una guardia en la residencia, que fue mermando la rigidez con el correr del tiempo.
Caminaba por las calles, iba a misa, jugaba al fútbol y se relacionó con todo el pueblo. En sus mitines políticos con la familia Meza -especialmente con don Modesto- conoció a Martha, y de su relación nació Carlos Nair, a quien recién en 2006 reconoció legal y públicamente como su hijo.
Menem nunca olvidó a Las Lomitas, cumplió su promesa de volver como presidente y favoreció a la localidad con varias obras.
El expresidente tuvo dos episodios accidentados en Formosa: el domingo 19 de septiembre de 1993, La Mañana informaba que un día antes el helicóptero en el que viajaba cayó sobre la humilde casa de don Portillo, en Pozo del Mortero. Menem había llegado para inaugurar un canal de derivación de las aguas del río Bermejo. Los 30 ocupantes resultaron ilesos, entre ellos, los entonces gobernador de la provincia Vicente Joga y vicegobernador Gildo Insfrán, el exvicegobernador Floro Bogado, el ex senador nacional Ricardo Branda, el entonces director de La Mañana, Enrique Read y el empresario Ricardo Cáceres.
Según el relato, los pasajeros, incluido Menem, habían notado dificultades en el desplazamiento del Chinook, hasta que de repente lo sintieron trepidar sobre sus ruedas de aterrizado por el abrupto desplome que se había verificado sobre una humilde vivienda con paredes de adobe, en la que afortunadamente no había gente.
Acatando las indicaciones de la tripulación, el presidente y sus acompañantes hicieron un presuroso y ordenado abandono de la máquina, mientras un denso polvaredal cubría la zona.
Ya en Las Lomitas, el otrora primer mandatario restó importancia al incidente, refiriéndose al hecho en términos risueños. “Yo creo que esa gente (de Pozo del Mortero) no se olvida más: llega el gobernador, el vicegobernador, ministros del Poder Ejecutivo Nacional, el Presidente de la Nación, se inaugura el agua potable y se cae el helicóptero”, había dicho rematando la frase con una sonrisa.
El segundo accidente fue cuatro años más tarde, en 1997, durante un acto en Laguna Yema. Cuando concluía su discurso, se derrumbó el palco que ocupaba. Ni Carlos Menem ni Insfrán, ya gobernador, sufrieron heridas; tampoco el resto de los que se cayeron con ellos.