Afecto al bajo perfil y con una extensa carrera diplomática sobre sus espaldas, Roberto Bosch Estévez esperó durante años su designación como embajador en España. Quedó ahora en el centro de la escena, incómodo, tras un nuevo coletazo del fuerte cortocircuito diplomático entre el gobierno de Javier Milei y el de Pedro Sánchez. Se conoció que Bosch avisó por escrito a las autoridades españolas que el viaje que hizo Milei a Madrid el fin de semana pasado era “una visita privada”, según reveló este jueves el diario El País. En la Casa Rosada responsabilizaron “del error” al embajador, aunque por ahora no hablan de su desplazamiento.

Bosch fue número dos la sede diplomática durante el período de Ricardo Alfonsín al frente de esa delegación, cuando transcurría el gobierno de Alberto Fernández. Fue designado en marzo pasado, aunque sus primeros meses no fueron pacíficos y coincidieron con el fuerte cortocircuito diplomático a partir de la reciente visita del presidente argentino para participar del encuentro del ultraderechista Vox, opositores a Sánchez.

En primera instancia, el Gobierno defendió su estadía en España mientras Sánchez decidía el regreso de su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso. También lo respaldó luego de dar explicaciones al canciller español José Manuel Albares, enojado por las declaraciones de Milei en las que calificó de “corrupta” a la primera dama, Begoña Sánchez.

En un giro, la Casa Rosada calificó este jueves de “error” la carta enviada al gobierno español, en la que calificaba de “privada” la visita de Milei, que además de participar del congreso de la agrupación de ultraderecha (donde también estuvo presente Estévez Bosch) sostuvo reuniones con empresarios y presentó su anteúltimo libro, El camino del libertario. La carta del embajador al Ministerio de Asuntos Exteriores contradice de plano el discurso de la Casa Rosada: el vocero Manuel Adorni afirmó en reiteradas ocasiones que se trató de una actividad oficial y que por eso los gastos corrieron a costa del Estado.

Llegado al gobierno por su cercanía con la canciller Diana Mondino, Bosch Estévez figuraba como un serio candidato a asumir como secretario de Culto, cargo que finalmente quedó en manos del ex diputado neuquino Francisco Sánchez. El rumor de su llegada a Culto corrió muy fuerte, aunque fuentes diplomáticas aseguraron que fue Bosch quien movió sus contactos para quedarse en Madrid.

Exembajador en Filipinas (fue designado en 2014), y con pasado en las delegaciones diplomáticas en Brasilia y Ginebra, Bosch participó de la preparación del viaje de Milei, buscando el éxito de su reunión con hombres y mujeres de empresa. “Mi intención sería siempre, y así la he transmitido, que aproveche el viaje sobre todo para juntarse con empresarios. Creo que lo que va a ser la realidad de la relación España-Argentina es ese volumen de inversiones que ya existen y ese interés sobre lo que está pasando en Argentina”, afirmó en una entrevista con LA NACION, en la previa del viaje presidencial. Desde la embajada argentina en España afirmaron ayer a este diario que el embajador no haría declaraciones, y remitieron toda comunicación sobre la situación a la Cancillería.

“Creo que en la Argentina no se veía desde (Carlos) Menem una figura presidencial que atrajera tanto el interés internacional”, dijo Bosch, sin saber que su estadía en Madrid se vería complicada, pocas semanas después.