El intendente de Clorinda, Manuel Celauro, expuso con preocupación la crítica situación que atraviesa el comercio fronterizo de la ciudad. La relación entre el peso y el guaraní, además de la escalada de precios han reconfigurado el escenario comercial, afectando gravemente a los comerciantes locales. En palabras del jefe comunal, la segunda ciudad provincial “dejó de ser una plaza apetecible para los ciudadanos paraguayos para comprar”.
Hasta no hace mucho, la diferencia de precios en combustibles y productos de limpieza, alimentos y bebidas hacía de Clorinda un imán para los consumidores del país vecino. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de estos productos ya no son lo suficientemente competitivos para los compradores paraguayos.
Por esto, el comercio clorindense está sufriendo una “merma importantísima de ventas”, según definió en diálogo con La Mañana. La caída en la actividad no solo afecta a los comerciantes, sino también a los trabajadores informales como motocargueros, remiseros y estibadores, cuya economía depende del flujo diario de compradores. Además, el sector de la construcción privada, impulsado en gran parte por el dinamismo comercial, se encuentra prácticamente paralizado, con consecuencias sociales graves.
El intendente comentó que el ingreso de camiones se redujo en un 50%, pasando de 2.400 mensuales a apenas 1.200. Esto refleja una disminución significativa en la cantidad de mercadería que ingresa para ser comercializada. Agregó que la demanda también ha caído drásticamente. En consecuencia, estimó que entre un 20% y 25% de los comercios cerró en los últimos cuatro o cinco meses.
El impacto de la caída comercial también se extiende al ámbito social. La reducción del flujo de compradores afecta a pequeños vendedores locales, como los chiperos, y los bares, que dependen del movimiento diario de personas. La falta de actividad comercial genera un efecto dominó, afectando indirectamente a una amplia gama de servicios y pequeños negocios.
En términos de productos, aquellos que eran exportados regularmente a Paraguay, como artículos de limpieza y lácteos, ahora enfrentan una competencia desleal: Celauro mencionó que es común ver productos argentinos en supermercados paraguayos a precios más bajos que en Clorinda, debido a diferencias en impuestos y políticas comerciales.
Dinámica revertida
En el escenario actual, se revirtió lo que se venía dando, y ahora son los clorindenses quienes cruzan a hacer las compras al Paraguay, algo que se intensificó con la reciente apertura del nuevo puente que facilita el acceso a Asunción.
Como consecuencia, “la gente ya no trabaja todos los días, sino día de por medio o cada dos días, y obviamente sus ingresos se ven mermados totalmente. Por lo tanto, su calidad de vida también disminuye y la posibilidad de querer construir algo, hacer algo, como estaba pasando en Clorinda. También nosotros hemos sentido en la Municipalidad la caída de la recaudación”, dijo.
Paoltroni
En otro orden, Celauro expresó su rechazo a declaraciones recientes del senador de LLA Francisco Paoltroni, quien había señalado al contrabando como la principal actividad en la segunda ciudad.
“Trató de contrabandistas a los comerciantes, y nosotros acá vendemos al mostrador y pagamos todos los impuestos: acá la gente paga IVA, paga DGR, tenemos controles de Gendarmería, de Prefectura, de Aduana”, dijo.
Continuó: “Nosotros nos consideramos comerciantes, no contrabandistas, y además cuando este señor (Paoltroni) vino a Clorinda a pedir que se le acompañe en el voto, tenía otro concepto de los clorindeses. A mí en lo personal, no me extraña la actitud de esta persona. Lo que sí creo que hay mucha gente decepcionada, que quizás lo votó a él, lo votó a Milei, y hoy se siente muy muy defraudada”.
“Sabíamos que iba a pasar esto. Yo tengo 68 años y la experiencia de haber pasado momentos como estos”, añadió Celauro, recordando que “las políticas neoliberales del pasado, como las implementadas por Martínez de Hoz y Cavallo, tuvieron efectos devastadores en Clorinda, convirtiendo la ciudad en un desierto económico”.