El presidente del Centro de Soldados Excombatientes en las Islas Malvinas (CESCIM) de Formosa, Miguel Ángel Delgado, afirmó que esta fecha es muy emotiva y fuerte para los veteranos, remarcando que concurrieron a luchar “por amor a la Patria”, dado que en su caso, si no era convocado -como finalmente lo fue- se hubiese ido como voluntario.

En una entrevista con La Mañana en la que por varios momentos quebró en llanto, dijo: “Para nosotros, el 2 de Abril es un día de alegría y, al mismo tiempo, de tristeza y dolor por los héroes que quedaron en las islas a custodiar nuestro suelo”, en referencia a los compañeros que dieron la vida en combate.

Agregó que ya desde diciembre se preparan para la conmemoración de este martes y destacó que todo un país se identifica con ellos, gracias a la tarea diaria de malvinizar la causa y no dejarla en el olvido, algo que sufrieron en los primeros años de la democracia, cuando se intentaba “esconder” Malvinas.

En este sentido, Delgado recordó que después del conflicto armado en el año 1982, “estaba prohibido hablar de Malvinas en el país; incluso, los primeros años de democracia fuimos ocultados, hasta que en el 91 inauguramos, con impulso desde los veteranos de Formosa, la Comisión Nacional de Veteranos de Guerra y empezamos desde allí a preguntar la causa Malvinas, subiendo a los colectivos para hablar, vendiendo nuestro diario y hasta organizando actos a escondidas”.

“Muchos excombatientes teníamos miedo a hablar de Malvinas. En el Gobierno de Raúl Alfonsín nos ocultaron, no tuvimos asistencia, éramos los ‘loquitos’ de la guerra. Pero con la creación en el año 1985 de la Comisión de Soldados Combatientes de Formosa iniciamos la tarea de divulgar y, sobre todo, despertar del shock de la guerra con un sentimiento muy grande”, agregó.

Llegaron a hacer los actos “muchas veces a escondidas, porque lamentablemente todavía no estaba el tema de la malvinización, y hay muchos veteranos que tenían temor a hablar, por el estrés postraumático”.

Por todo esto, a Delgado, quien no participó del acto por estar organizando el almuerzo de camaradería, lo reconforta saber que hay interés de la ciudadanía, algo que nota en las escuelas, cuando hasta los niños más pequeños se interesan y se quieren sacar dudas de las que siempre se habla: si tuvieron hambre o frío en las islas.

Su experiencia

Miguel Ángel Delgado tenía 20 años en abril de 1982, y ya había sido dado de baja del Servicio Militar Obligatorio. Sin embargo, permaneció atento a una convocatoria, aunque de todas maneras estaba decidido a ir como voluntario si no lo llamaban.

El telegrama llegó, y primero partieron desde Corrientes a Paraná, Entre Ríos, y desde allí a Malvinas. Llegó el 18 de abril; permaneció primero en Puerto Argentino, y luego en Monte Longdon. A él le tocó atender a un compañero con el que se convidaban cigarrillos y que murió en combate.

“Hacía un frío terrible, mucho viento y nuestras carpas no quedaban plantadas porque el suelo de Malvinas no permitía que queden fijas las estacas. Estábamos en zona marítima para evitar un intento de desembarco y aterrizaje de los ingleses, cuando querían volver a tomar las islas”, comentó.

“Malvinas es un sentimiento muy grande para nosotros. Es que la guerra nos llega mucho. Hoy tenemos que ser fuertes por nuestros hijos, por nuestros nietos, seguir luchando con la dignidad, porque nosotros fuimos a luchar a Malvinas por amor. Nosotros luchamos por amor a nuestra patria. Éramos niños, muchos tenían 18 años, pero teníamos un amor por la Patria tal que, si no nos convocaban, nos íbamos como voluntarios”, subrayó además.

Delgado dijo que hoy se siente el respeto y el cariño de la gente, aunque advirtió que llega a haber docentes que “ni siquiera saben lo que fue Malvinas”, algo que les duele, siendo los veteranos ya personas mayores.