La salida de Rodrigo Aybar como subsecretario de Economía Social se conoce cinco días después de la eliminación del programa Potenciar Trabajo. Se trata del número dos del secretario de Niñez y Familia, Pablo de la Torre. Llegó al gabinete libertario amparado por el intendente de Pro de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. Su renuncia sacude al ministerio de Capital Humano, que es conducido por Sandra Pettovello y que acumula bajas.
“No se va por diferencias internas, sino porque le ofrecieron una mejor posición”, se ocupó de subrayar a LA NACION una persona cercana e Aybar. Según pudo confirmar este medio, el funcionario estará al frente de la subsecretaría de Vivienda, dependiente del ministerio de Economía conducido por Luis Caputo.
El corrimiento de Aybar se enmarca en un contexto en el que reina una fuerte disputa del Gobierno con las organizaciones y movimientos sociales, que reclaman una mayor presencia del Estado en los barrios populares. Se da, además, dos semanas después del desplazamiento de Pablo Rodrigué, a cargo de la distribución de alimentos, así como de Agustín Sánchez Sorondo, quien ofició informalmente como director administrativo. Ninguno de los tres estaba formalizado en su cargo.
En el ministerio de Pettovello la estructura sigue sin completarse. Dentro de Niñez y Familia, los funcionarios designados son pocos y hay quienes especulan con que estas primeras renuncias sean fusibles previstos en la concreción de las políticas de ajuste. “Saben que tienen que tomar decisiones difíciles y demoran el proceso administrativo a propósito”, analizan.
Los comedores dejaron de recibir asistencia de la Nación desde fines del año pasado como parte del plan del Gobierno para llegar al déficit cero. Esto complejizó la situación social y derivó en numerosas protestas tanto en cadenas de supermercados como frente a al despacho de Pettovello. Además, motivó la intervención de la Iglesia, que manifestó su preocupación, y de fuerzas políticas opositoras.
Aybar se encontraba al frente de la antigua secretaría de Emilio Pérsico que, entre otras cosas, llevaba la gestión de los más de 1,2 millones de planes enmarcados en el Potenciar Trabajo. La semana pasada, el Gobierno anunció la desarticulación de este programa y segmentó a sus beneficiarios en dos grupos de acuerdo a sus situaciones. Los dos universos en los que se dividirán son: “Volver al Trabajo”, en el que se agrupará alrededor de un millón de personas, y el “Programa de Acompañamiento Social”, con alrededor de 200.000 personas. El primero estará bajo la órbita de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, a cargo de Omar Yasin, y el segundo en Niñez y Familia.
En una segunda etapa de este proceso, y a la par de que se conociera la salida del subsecretario de De la Torre, el Ejecutivo informó que se formalizará esta semana la quita de los intermediarios de los planes sociales con la disolución de las Unidades de Gestión. Esto termina de quebrar el vínculo entre la administración libertaria y las organizaciones sociales, a las que Javier Milei llamó “gerentes de la pobreza” en su discurso durante la apertura de la Asamblea Legislativa.
Las unidades intervenían en la coordinación y administración de las prestaciones y proyectos del programa. Se trata de las centenares de cooperativas que en su mayoría eran manejadas por los movimientos sociales y que hasta el año pasado también eran las responsables de fiscalizar la contraprestación de los beneficiarios. Frente a esto, las organizaciones podrían definir mañana una serie de protestas.