“¡Basta de populismo, basta de Estado presente, invadiendo todo, maltrecho e ineficaz, caldo de cultivo de la corrupción que nos corroe…!”. “La casta política es enemiga de la Patria”. “¡El Estado es una superestructura para delinquir (…)!”. “¿La Argentina es un país federal? El problema de las provincias es de las provincias. Si los docentes no reciben lo que tienen que recibir, es porque los gobernadores no giran la plata. ¿Por qué Nación tiene que estar financiando permanentemente? ¡Queremos terminar con todas las cajas negras de la política!”. (Frases públicas del presidente Milei)
Ya en marcha el período escolar 2024, las consabidas indefiniciones salariales, las ausencias y reclamos de paritarias y las huelgas docentes como presión sectorial, aparecen cual nubarrones de tormenta que ponen en peligro la normalidad de las clases. Hace décadas de estos síntomas que vivimos en cada período inicial del año escolar, y que vienen mostrando la situación de profunda crisis de calidad educativa del país, por el relegamiento político de la Educación Pública, que paradójicamente suele aparecer como prioritaria en los discursos políticos y de gobiernos, pero muy poco o insuficiente en la buena praxis gubernamental, sean quienes fueren los gobiernos de turno.
Estas frases del presidente, autodefinido como “anarco libertario”, creo que vienen a cambiar copernicanamente los ejes del debate sobre la Educación Pública, poniéndola en metáfora de terremoto y zozobra, y ampliando sin límites los alcances e impactos que la misma podría sufrir.
¿El Gobierno de Milei quiere corregir y mejorar ese “Estado presente, invadiendo todo…para delinquir…”? ¿Quiere terminar con la “casta política, enemiga de la Patria…”, buscando mejoría del Estado o quiere terminar con el Estado al menos en su responsabilidad con la Educación y la Salud Públicas? E incluso, cuando alude críticamente a la relación entre Nación y Provincias en el manejo de los recursos, ¿el “cambio” es para perfeccionar las relaciones y canales de responsabilidades hacia la Educación Pública o es para desligar totalmente de competencias y responsabilidades al Estado nacional? Es de recordar que la Constitución Nacional y las Leyes de Educación son claras al adjudicar la “Responsabilidad principal e indelegable del Estado en la Educación del Pueblo”. También es cierto que la Constitución Nacional responsabiliza a las Provincias por la educación obligatoria, al riesgo de que si incumplen en garantizar las etapas obligatorias de la Educación Pública, pueden ser intervenidas federalmente.
Entonces aparece la colisión posible, crítica, grave… entre “lo público” histórico, fundante de ciudadanía, constitucional y estructural del Sistema Educativo vigente vs la visión reduccionista y casi neutralizadora del Estado nacional por parte del presidente Milei y su responsabilidad en la educación de todo el país.
Javier Milei es presidente de la Nación Argentina por legalidad y legitimidad de origen, elegido democráticamente en doble vuelta por notable mayoría; prometió “el cambio” y aclaró que no iba a ser fácil ni cómodo. Por eso importa saber qué piensa y quiere políticamente; por qué habla de “castas”, “feudos”, que “los impuestos del Estado son formas de delinquir”, etc.
Reiteradamente Milei se declara “Anarco capitalista”, “anarco libertario” o “Libertario”. Los textos al respecto coinciden en que son expresiones equivalentes: “anarco capitalista”, “anarco libertario” es también llamado “anarquismo de libre mercado”, “anarquismo de propiedad privada” o “anarco liberalismo”. Es una filosofía política que promueve “la anarquía”, entendida como “sociedad organizada sin Estado”, en la que la protección de la “libertad soberana del individuo” se da por medio de la “propiedad privada” y el “mercado libre”. En este marco, ante la ausencia o reducción del Estado, no habría Educación Pública. ¿Entonces la educación pasaría a ser cuestión de mercado?
Seguiremos con esto en esta columna que, con gusto y gracias a La Mañana, hoy la reiniciamos. ¡Muchas gracias!
Prof. Dr. Mario Antonio Olmedo