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LAS HERMANAS VERA SE PRESENTARÁN EL 27 DE MAYO EN EL TEATRO DE LA CIUDAD

Patrimonio del Canto

* Por Héctor Washington



"Aunque no te encuentre, / yo nunca, mi vida, te he de olvidar. / Todo fue dulzura, / cuando tu cariño me supiste dar…". Una tarde de verano en Caá Catí, el sol radiante correntino y una laguna como trasfondo del patio… dos niñas jugando detrás de su casa natal, mirando el límpido cielo surcado por ocasionales aviones que parecen dibujar en el aire. Ellas esperan el pan casero que prepara mamá para venderlo entre los vecinos cercanos. Y sueñan. La fotografía, un memorial de época, retrata quizás un día de 1965. “Por tus besos”, de Los Hermanos Barrios, completa la escena. Bonifacia y Rafaela le abren su voz al canto y ya jamás volverían a cerrársela.

Unos cuatro años más tarde en Berón de Astrada, Las Hermanas Vera iniciarían un camino profesional en la música litoraleña que las llevaría a cumplir más de medio siglo de carrera y les permitiría oficiar de embajadoras internacionales de la música chamamecera, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que las vio crecer a través de los años y las llevó a girar por los principales escenarios del país, nuestro continente e incluso por ciudades europeas como Roma, Barcelona, Varsovia, Estocolmo, Malmö, Umea, Oslo, Atenas, Viena, Budapest y París, entre otras.

Con 32 discos editados y 54 años de trayectoria profesional, Boni y Rafa (gustan de la simpleza y la cercanía que da el apócope) conforman el único dúo femenino del folklore argentino en plena vigencia y actividad. Con sus dos últimos trabajos, “Che mba'epu” (con la participación de la artista paraguaya Mirta Noemí Talvera) y “Mario del Tránsito” (un sentido homenaje a la figura estandarte del chamamé), ganaron el Premio Gardel a Mejor Álbum de Chamamé 2020 y 2022, respectivamente.

Las Hermanas Vera visitaron la redacción de La Mañana y dialogaron con Cronopio acerca de su próximo show en Formosa, después de muchos años, ocasión en la que presentarán al público formoseño las canciones inolvidables que componen “Mario del Tránsito”, además de recorrer un repertorio de clásicos de su discografía a lo largo de tantos años de trayectoria. La cita es el próximo sábado 27 de mayo en el Teatro de la Ciudad, a partir de las 21 horas. La velada contará además con invitados especiales, como David Díaz Marchetto, Marisol Otazo, Manuela Valentinuzzi y otras sorpresas más que harán de esa noche un encuentro memorable con el público formoseño.

Boni y Rafa no se limitan a responder preguntas. Locuaces por naturaleza, manejan con maestría el arte de la conversación amena, que las lleva además a rememorar pasajes grabados a fuego en la memoria, evocar a figuras trascendentes de nuestra cultura y analizar la realidad con suma agudeza, por medio de un diálogo cordial y espontáneo con el que logran trazar una línea de tiempo de lo más elocuente.

Forjadas con los años como el binomio femenino por excelencia de la música popular argentina, a fuerza de talento, trabajo arduo y disciplina artística, supieron también expandir las fronteras del chamamé a músicos de géneros diversos, como Patricia Sosa, Valeria Lynch, Marcela Morelo, el Bahiano y Guillermo Bonetto, de Los Cafres, con quienes compartieron escenario en sucesivas ediciones de la Fiesta del Chamamé de Corrientes.

“Estábamos convencidas de que nosotras íbamos a ser cantoras populares”, dice Boni, evocando sus inicios en la música, tiempos en los que la mujer chamamecera en los escenarios requería, por lo menos, osadía y transgresión.

“(…) a la tarde jugábamos todos en el patio y después nos cansábamos y nos tirábamos mirando arriba. Y en eso, pasaban los avioncitos alto… esos que tiran chorro, el avión a chorro que le decimos”, recuerda también Rafa un poco más atrás en el tiempo: “Mirá si algún día viajamos con esto”, se preguntaban.

Muchos años después, en un hotel de París, traerían a la memoria aquella fotografía inicial que las vio jugando en su patio natal, ensayando las canciones inolvidables de su niñez, el aroma del pan casero de mamá… Pero esta vez, llevando la música popular argentina alrededor del mundo.

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¿Qué nos tienen preparado para este 27 de mayo en el Teatro de la Ciudad?
- BONIFACIA - “Venimos con la presentación del disco ‘Mario del Tránsito’, con el que ganamos el Premio Gardel. Vamos a tocar el sábado con toda la banda, con nuestros músicos, que ya estarían por acá. Y además, algo de los discos anteriores. Va a haber invitados, como David y Marisol Otazo, va a haber danza y otros invitados sorpresa. Nosotras éramos artistas exclusivas de Formosa allá por la década del ‘80… ‘90. Pero hace un montón que no venimos. Hace unos 20 años veníamos a hacer bailantas y después vinimos a hacer eventos con unos grupos paraguayos, pero en una plaza. Nunca hicimos un teatro acá, siempre las bailantas en toda la zona”.

“Mario del Tránsito” ganó el Premio Gardel 2022 como “Mejor Álbum de Chamamé”. ¿Qué representa la figura de Cocomarola en su formación como artistas?
- BONI: “Nosotras tuvimos el honor de conocer a Mario del Tránsito y de cantar con él, no me acuerdo en qué año, allá en nuestro pueblo, Caá Catí”.
- RAFAELA: “Acostumbradas a las fiestas patronales del pueblo, todos los 7 de octubre, había dos pistas de baile y contrataban a los músicos: Cocomarola, Los Hermanos Barrios, Los Hermanos Cardozo… los famosos de esa época. Y nosotras éramos niñas. Íbamos con mamá y papá todos a la pista, porque eso era gratis. Entrábamos toda la familia. Y después nosotras, a cantar en casa, ensayábamos… Entonces, un día preparábamos nuestro repertorio, ya desde chiquitas, y llega Cocomarola y le decimos en la pista: ‘Don Tránsito, ¿podemos cantar con usted?’. Yo pienso hoy y no puedo entrar en razón de cómo yo encaré al Maestro, tan famoso en esa época. Y yo era una niña tímida; pero donde me decían ‘andá a cantar’, no tenía vergüenza para nada. Lo encaro y me dice: ‘Sí, cómo no. ¿Y qué cantás, por ejemplo? Y le decimos el título…”.
- BONI: “‘Fiel paisanita’, yo me acuerdo perfectamente”.
- RAFA: “Y me dice: ‘¿En qué nota hacen?’. ‘Y en la nota que hacen ustedes’, le dije, porque yo qué sabía lo que eran notas, si nosotras cantábamos así, en casa… y no sabíamos. ‘¿En serio?’, me dice, porque Lisardo Cáceres, su cantor, tenía una primera altísima, bien aguda. Y cantamos. Fue la primera vez que se enteraron en el pueblo que nosotras, las hermanitas Vera, cantábamos, porque nosotras lo hacíamos en casa. Yo cantaba en la escuela, hacíamos fiesta en la escuela y me llamaban a mí para cantar. Pero esa noche había mucha gente, por la fiesta patronal. Y salió hermoso eso. Desde allí, dijimos: ‘Bueno, este es nuestro futuro’. Y de ahí empezamos a maquinar, con la anuencia de mamá. Ella nos acompañó siempre; papá no tanto. Él decía: ‘Cómo van a salir con las dos chicas por ahí’”.
- BONI: “Y mamá puso toda la ficha. Dijo: ‘No, yo les acompaño’. Así que cuando arrancamos, ya los pueblos de ahí cerca de Caá Catí nos contrataban. Había un maestro que nos llevaba para la escuela y cobraba la entrada y ya ganábamos nuestro dinero, hasta que profesionalmente nos llamaron de Berón de Astrada, un 13 de junio de 1969, fiesta patronal del pueblo San Antonio, para actuar. Y había varios eventos chamameceros, entre ellos estaba Coquimarola en un lugar... y Las Hermanitas Vera por primera vez. Mamá, la boletera. Lleno total. Claro, la novedad de Las Hermanitas Vera. Y creo que sabíamos lo que estábamos haciendo nosotras, ensayábamos en casa todo el tiempo, al escenario lo armábamos abajo del árbol y poníamos una tacuarita y una latita de conserva. ‘Actuábamos’ ya en esa época”.

¿Qué tan arduo fue romper con ese imaginario machista de que el chamamé era cosa de hombres?
- BONI: “Esa época en la que nosotras nos iniciamos, sabíamos que nos miraban mal los muchachos músicos. Pero como Rafa llevaba la voz cantante y nos proponíamos hacerlo de verdad, a nosotros nos resbalaba todo lo que decían. Estábamos convencidas de que nosotras íbamos a ser cantoras populares”.
- RAFA: “Y que no íbamos a andar haciendo pavadas, payasadas. Viste que el hombre es músico y lo tildan a veces de vago, que toma… Nosotras íbamos a cantar, era un trabajo, una profesión nuestra. Entonces empezaron a mirarnos de otra manera. Tal es así que nos encontrábamos en la ruta, cuando hacíamos la gira en tiempos de cosecha del algodón, en el Chaco. Nos encontrábamos en la ruta con Cocomarola, Úbeda/Chávez, Los Barrios, Los Cardozo, Isaco Abitbol, Ernesto Montiel… mirá de los que te estoy hablando. Y nosotras éramos las únicas mujeres”.

Llevan juntas más de 50 años de carrera. ¿Cómo ven el lugar de la mujer en los escenarios hoy respecto de años atrás? Pienso en la Ley de Cupo Femenino, por ejemplo, sancionada a fines de 2019.
- BONI: “Ahora es más fácil para las cantoras, mucho más fácil. Por ejemplo, las cantoras en la Fiesta Nacional del Chamamé se preparan todo. Yo sé lo que es prepararte todo. Nosotras hemos tocado a las 5 y media de la mañana. Y como buenas duquesas, donde nos pusieron: ‘Bueno, no importa’. Nunca hicimos escándalo. Nuestras colegas de ahora hacen escándalo. Entonces yo les digo: ‘Vení, ¿sabes qué? Nosotras pasamos por esto y no hicimos escándalo. Tienen que tranquilizarse. Esto es así’. ‘¡Pero no! ¡Es un manoseo!’, dicen. Y les digo: ‘Tenés razón, pero para ustedes es más fácil ahora. Ustedes pueden grabar en su casa, con todos los aparatos… Nosotros empujábamos camionetas estancieras en la ruta, dormíamos en la ruta, con lluvia, con frío. Si ustedes hubiesen hecho eso, ya no estaban cantando’, porque es la verdad”.

¿Cómo pudieron recibir la devolución del público europeo cada vez que fueron de gira al Viejo Continente? Suele tenerse la sensación de que Argentina exporta tango, pero quizá no sea tan conocida la música litoraleña, que también nos identifica como Nación.
- RAFA: “Eso, por ejemplo, nos plantearon cuando estuvi-mos por primera vez en el 2019. Gente que se acercó. Nosotros, siempre en el escenario con un traductor. Y pregunta una señora: ‘¿Por qué esta música nunca llegó por acá? Siempre vino de Argentina el tango. Es hermoso. ¿Por qué nunca apareció?’. Y les gustó de entrada, les encantó. Y los contratantes, gente que habla español, preocupados decían: ‘Chicas, no sé cómo va a recibirlas la gente. Ustedes, por las dudas, hagan lo suyo como si nada, porque acá puede ser que les guste o no’. ‘Quedate tranquilo’, decíamos. ‘Nosotras vamos a cantar como si estuviéramos en Argentina’. Nos sentamos a cantar el grupo y la gente empezó a mirar, a aplaudir, a filmar, pedían…”.
- BONI: “Y yo les hacía los sapucay. Y empezaban a aplaudir y se miraban todos. Y Rafa les explicaba que me salió de adentro. Y todos aplaudían con espontaneidad”.
- RAFA: “Es maravilloso, vos no te imaginás lo que es nuestra música afuera. Y siempre aparece un argentino. Y correntino, porque los correntinos estamos por todos lados. La última vez que estuvimos, estábamos tocando en un bar. Tocamos un chamamé y pega un sapucay uno. Le llamamos: ¡correntino y cantor!, de Mercedes. Se emocionó. Lloraba ese muchacho, porque por fin escuchó otra vez un chamamé. Así que para octubre, si Dios quiere, volvemos a Europa. Y mientras les mandábamos a hacer un instrumental a los pibes, bailamos con Boni para mostrarles lo que es la danza. Y después se levantan a bailar todos. A su manera, pero bailan. Es muy hermoso. Y además les explicamos que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial, que nosotros tenemos premios Gardel ganados, todo les explicamos. Y te miran de otra forma. Y aparte, les gusta”.

Las dos hablan tanto el guaraní como el español de manera fluida además...
- RAFA: “De eso también se sorprendió el público europeo, cómo hablamos nuestro idioma. Y les explicamos que apren­dimos guaraní de chiquitas. Nosotras inglés no sabemos, tenemos que aprender algo porque no entendemos”.

¿Cómo las moviliza cuando rememoran aquella niñez en su natal Caá Catí, una tarde vendiendo pan casero, y vuelven al presente, haciendo giras llevando la música litoraleña por el mundo?
- RAFA: “Nosotras tenemos una anécdota que siempre contamos. Cuando éramos chiquitas y andábamos cantando, jugábamos en un predio frente a nuestra casa, porque estaba nuestra casa, el predio verde y la laguna de atrás. Y a la tarde jugábamos todos en el patio, y después nos cansábamos y nos tirábamos mirando arriba. Y en eso, pasaban los avioncitos alto… esos que tiran chorro, el avión a chorro que le decimos. Y decíamos nosotras: ‘Mirá si algún día viajamos con esto’. Pero cosas de chicos, sueños de chicos. Y cuando estábamos en Francia en 2010 por primera vez, le hago acordar eso a Boni y casi más nos ponemos a llorar, porque es una cosa de niños que se hizo realidad. Pero gracias a la constancia de querer ser alguien de la mejor manera posible, porque nosotras nos manejamos siempre solas, siempre las dos solas. Y el lema nuestro era: ‘Nunca un novio músico (risas). Porque una vez que te enamoraste de un músico, sonamos. Dejamos todo y terminó todo’. Porque los músicos tienen novia acá, acá y acá (risas). Y eso nos llevó por el buen camino”.
- BONI: “Y se cumplió. Yo me casé primero, a los 20. Estuve de novia por carta con mi marido 3 años y nos casamos. Y me conoció cantando y nunca me dijo: ‘Dejá de cantar’. Así es que llevamos 47 años de casados. Y ella, 42 de casados también”.

Hay también una continuidad en la tradición chamamecera que hacen pervivir con los descendientes de músicos que escuchaban: tocan con Gabriel (nieto de Cocomarola), con Néstor (hijo de Los Barrios)…
- RAFA: “Sí, eso es importante porque son apellidos que marcaron la historia con la música. Y no tuvimos la posibilidad de grabar con Ernesto Montiel, ponele. Pero hemos compartido escenario con él. Y yo no me olvido nunca cuando él nos conoce en el salón La Sin Rival en Buenos Aires. Y nos dice: ‘Ustedes hablan bien el guaraní, eh. Nunca hay que dejar de hablar el guaraní, siempre tienen que subir al escenario y mándense una conversada en guaraní. Es nuestro idioma, eso no se tiene que morir’, nos dijo él. Y con Coco casi grabamos, porque el día de la grabación no llegaban nuestros músicos desde el Chaco a Buenos Aires. Y decíamos: ‘¿Qué hacemos? Tenemos el horario, todo’. ‘Y está Don Tránsito acá en Buenos Aires, vamos a hablar con él’. Y le contamos. Y nos dice: ‘Bueno, yo les grabo, no importa, no hay problema”.
- BONI: “Dijo: ‘Grábenme en un cassette y yo les acompaño’”.

- RAFA: “Yo decía: ‘Que no vengan, que no vengan, que no vengan’. ¡Vinieron! (risas). Les queríamos matar”.
- BONI: “Lo grande que fue Cocomarola. Yo nunca me voy a olvidar la pose de él: estaba sentado en su habitación tocando el bandoneón. Y nosotras dos al lado y él no nos miraba, estaba tocando… Y dice: ‘Bueno, pasame en un cassette y yo les acompaño’. ‘¿Y se anima, Don Coco’, le digo. ‘Sí, no hay problema, tráiganme el cassette y yo voy a practicar esta noche. Y mañana grabamos’. ¡Aparecieron los atorrantes! (risas)”.

¿Cómo es la dinámica de trabajar con hijo/sobrino como productor musical?
- BONI: “Primero fue con mi marido. Muchos años trabajamos. Él manejó todo durante muchos años. Después creció mi hijo Facundo, que iba mirando y empezó a hacer cositas. Y él fue quien nos involucró para la fiesta nacional y traer a Valeria Lynch, a Patricia Sosa. Y entonces dijo mi marido: ‘Bueno, manejá vos’. Y ya es otra cosa. Él hace como 12 ó 13 años que está con nosotras. Y desde ahí, todo lo que hicimos. Él tiene una mentalidad joven, maneja las redes. Para nuestras giras de Europa, él se va primero, se fija, arma todo. Y nosotras nos vamos como unas duquesas a cantar. Él se ocupa de eso. Así que la dinámica es buenísima”.

No son excesivamente proteccionistas de la música, sino que también se abren a artistas de otros géneros, comparten con otros artistas que no son de la escena chamamecera…
- RAFA: “¡Sí! Lo lindo de toda esa experiencia es que ellos se fueron tan contentos con la música nuestra. Venían con mucho miedo. La única que investigó qué era el chamamé y qué iba a hacer fue Patricia Sosa. Decía: ‘¿Yo qué voy a hacer ahí? ¿Y si me preguntan algo?’. Y dice que empezó a googlear qué es el chamamé y nos dijo: ‘Ustedes tenían un groso, un tal Cocomarola’ (risas). A todos les fue bien, porque todos fueron a cantar chamamé. Recuerdo a Valeria Lynch, estaban Los Hermanos Barrios, los cinco sentados bien al frente del escenario. Entró cantando y Los Barrios no sabían qué hacer, les enfocaba la cámara y lloraban. Fue hermoso, todos se fueron felices. Patricia Sosa decía: ‘Chicas, ¿cuándo me van a invitar de nuevo?’”.
- BONI: “Marcela Morelo también me dice siempre. Y está pendiente el disco, que lo vamos a hacer el año y que viene con todos. Y agregar más, porque va a entrar Teresa Parodi (no puede faltar Teresa), el Chango Spasiuk, La Sole y León Gieco, más todos los otros que trajimos. Va a ser largo el disco, pero no importa. Va a ser todo de chamamé”.
- RAFA: “Y con León ya hemos hecho discos, cantando él con nosotras ‘Cachito, campeón de Corrientes’, ‘El que pierde la inocencia’… Me acuerdo de ‘Cachito…’, ese era un tema pedido por todos lados. La primera vez que lo hicimos con León, se conoció ese tema a través de las Vera a todos los chamameceros. Y con todos estos invitados, nuestros colegas criticaban: ‘Qué necesidad tienen de traer gente que no es del palo’. ¡No es del palo pero venían a cantarte un chamamé! Hay que enaltecer nuestra música”.
- BONI: “Bueno, pero al año siguiente, ya traían. Lo mismo que criticaban. Y después nos dicen, hace como 4 ó 5 años que no trajimos a nadie. Siempre llevamos cantoras de la zona para que las conozcan. Y nos dicen: ‘¿A quién van a traer?’, cuando los contratan: ‘A nadie. Que traigan los otros. Ya hicimos todo nosotras (risas)’”.