“Estamos trabajando al límite. Empatando a diario y esperando que la situación cambie para alcanzar una reactivación definitiva en el sector”, manifestó Raúl Montoya, propietario de RyM minibuses, sobre las condiciones actuales del servicio puerta a puerta que logró mantener pese a las restricciones en pandemia y la caída de la demanda de pasajes por la crisis económica, que según remarcó, se profundizó a partir de los últimos meses del año pasado.
En declaraciones con La Mañana en Vivo, Montoya precisó que sólo dos empresas siguen operando en Formosa con viajes al interior, de las cinco o seis que había previo a la pandemia del Covid-19. De esta manera, graficó el panorama de un rubro que “sólo subsiste con el día a día para no desaparecer, esperando que la situación se revierta y comience una reactivación real y estable”.
“Actualmente tenemos dos coches en servicio. Con la posibilidad de agregar refuerzos en fechas claves o de mayor demanda, como ocurre para Semana Santa. Con RyM cubrimos actualmente las localidades de Palo Santo ($ 2,700), Fontana ($ 2.800), Ibarreta ($ 2.900), San Martín Dos ($ 4.200) y Lugones ($ 4.300), con otros destinos intermedios; con salidas diarias de Formosa a las 13 y regresos a la madrugada”, indicó.
También, mencionó que el servicio de paquetería, que fue el “caballito de batalla” durante los dos años de restricciones por el aislamiento preventivo anticovid, ofrece la posibilidad de que la gente compre y envíe encomiendas puerta a puerta tres veces a la semana hacia los distintos destinos que incluye la cobertura del RyM.
“Es una opción que tiene demanda. Y es la misma que nos ayudó a sobrevivir durante la pandemia. La implementamos todos los lunes, miércoles y viernes como un servicio especial y paralelo al traslado de pasajeros”, refirió.
En relación a los precios de las distintas tarifas, Montoya sostuvo que “si no hay un aumento en los combustibles en los próximos días, los valores en los pasajes se mantendrán estables”.
“Subas anteriores en el gasoil ya las absorbimos para no tocar la tarifa. Porque si realmente ajustamos los precios al ritmo de la inflación, directamente nadie va a viajar. La situación está muy difícil para todos. Y se nota en la baja demanda de la gente. Antes de ir a visitar a un familiar al interior, lo piensan una y mil veces por los gastos que representa”, dijo.