LAISHÍ – Pobladores de la localidad de San Francisco del Laishí se comunicaron con La Mañana para hacer pública la situación que padecen ante la falta de agua potable desde hace un mes, lo que se potencia ante las elevadas temperaturas y los cortes en el suministro de energía eléctrica.
Según relataron a este matutino, “desde hace un mes que todo el pueblo está sin agua potable. El reservorio con el que contamos prácticamente ya no existe y traen agua cruda desde Herradura, pero en estos días con los chaparrones se hizo imposible que los camiones cisterna lleguen hasta la Planta Potabilizadora, por lo que hay que anotarse para que nos acerquen el agua”.
En ese mismo sentido, refirieron que “todo el pueblo sufre la falta de agua, y peor aun la pasan las casas que no tienen perforación, algo que es muy costoso de realizar”.
“En Laishí vivimos una situación crítica”, aseguraron para sumar que es producto de “las pocas lluvias que el reservorio ya casi no existe y por eso traen agua cruda en camiones desde Herradura, pero estos días no podían ingresar a la planta por el estado de las calles tras los chaparrones”.

Para recibir agua en los domicilios, los vecinos deben anotarse en la Comuna local, pero “si no sos del palo del intendente, no te lleva agua”, denunciaron.
En las escuelas
Esta situación se agrava en las escuelas de la localidad. En ese sentido, padres con estudiantes en la Escuela Provincial de Educación Secundaria N° 45 dijeron a La Mañana que “desde hace una semana que no hay agua en la escuela, y eso hace que, sumado al calor, sea insalubre el dictado de clases porque los baños no tienen mantenimiento y tampoco pueden brindar el servicio de copa de leche porque sin agua nada se hace”.
Asimismo, apuntaron que la EPES 45 es una escuela grande que tiene cuatro turnos, “nuestros hijos no pueden ni higienizarse adecuadamente en las casas por la falta de agua, lo que hace que no quieran asistir”, sostuvieron.
Sumado a esta situación, este lunes se produjo un corte en el suministro de energía eléctrica durante la siesta que provocó que “tengan que dar clases bajo un árbol”.
Ante esta situación desesperante, piden a la Delegación Zonal de Educación que intervenga ya que “hasta ahora sólo vinieron, constataron lo que viven nuestros hijos y los profesores, pero todo quedó ahí. No autorizó la suspensión de las clases pero tampoco hizo algo con la falta de agua y la imposibilidad de cumplir con el servicio nutricional”, concluyeron.