El evento, de entrada libre y gratuita, fue organizado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia, a través del Programa Provincial Escuelas Abiertas a la Danza, a cargo de la profesora Graciela Edelveis ("Chungui") Leguizamón.

La danza es para todos y todas, para los y las que sienten la necesidad de tomar conciencia de su cuerpo en el movimiento y crear, bailando. La danza es inclusiva, los contrastes de estilos y de edades entre los artistas lo demuestran. En "Formosa, siempre danza" bailan desde niños de 2 años hasta adultos mayores de 80, y sin límite de estilos. "Se pasa por todos: danza clásica, danzas árabes, danza moderna, danza contemporánea, folklórica, malambo, ritmos urbanos, hip hop, árabe rap, tango, caporales, españolas, por nombrar algunos", expresó "Chungui" Leguizamón en diálogo con Cronopio.

Homenaje

En el marco del encuentro, homenajearon al bailarín y coreógrafo formoseño con trascendencia internacional Gustavo Bertuol. De ahora en más, Bertuol es un embajador formoseño de la danza en el mundo. 

Gustavo inició sus estudios en el seminario de Danzas del Teatro San Martín de Córdoba. Integró los elencos del Ballet Oficial del Teatro del Libertador San Martin de la provincia de Córdoba, Ballet Municipal, Ballet Universitario, Ballet Independiente, Compañía de Danza Contemporánea, y también trabajó como primer bailarín invitado del Ballet de la Universidad de la provincia de Mendoza. Formó parte de espectáculos y programas de TV en Argentina y el mundo, y durante seis años participó del elenco de Disney. 

Además, recorrió el mundo como bailarín y coreógrafo en diferentes proyectos, pero nunca se alejó de Formosa, su tierra natal.


Los que bailan nunca se rinden

El reclamo que se replica en todas la provincias del país en esta fecha es por una ley nacional de danza que reconozca y ampare a los y las bailarines como trabajadores del arte. El año pasado se presentó ante el Congreso el último proyecto de ley y, como pasó siempre desde el 2012, no avanzó mucho. Desde algunas provincias buscan alternativas, como una ley provincial del arte, que incluya no sólo a los bailarines sino a todos los que hacen y trabajan por la cultura desde su disciplina. Sin embargo, las y los bailarines formoseños no tienen ninguna novedad al respecto. Los derechos siguen quietos para los que trabajan con el movimiento. 

Este año, el proyecto se volvió a presentar en el Congreso pero sólo a modo de formalidad. Las condiciones del contexto social y económico del país sumadas a la falta de voluntad política para que ocurra una sanción de la ley, no ayudan a que el reclamo nacional de colectivos de la danza tome fuerza. Por eso, la propulsora del proyecto inicial, Mariela Ruggeri, llamó a buscar un camino hacia legislaciones provinciales que abracen la causa, al menos por el momento. 

En la edición del año pasado del Siempre Danza se leyó un documento para explicar por qué una ley de danza, pero no llegó a oídos de las autoridades provinciales. Ya no estaban. Este año, algunas academias eligieron bailar con la temática. Más temprano que tarde, saldrá la ley. Porque un bailarín nunca se rinde.