Desde el Ministerio de Desarrollo Humano reiteraron a la comunidad que el ambiente más favorable para el desarrollo de los mosquitos son los días de temperaturas y humedad más altas. Y ya nos encontramos en una época del año en la que los días con esas características comienzan a presentarse con mayor frecuencia.
El mosquito transmisor de los virus del dengue, el Aedes aegypti, busca alojarse en los recipientes que acumulan agua limpia y quieta, donde deposita sus huevos para reproducirse.
Por lo tanto, el descacharrado de recipientes y de objetos de distintos tipos que le pueden servir al mosquito para criarse, o el tratamiento adecuado de los mismos, en los casos que no pueden ser eliminados, sigue siendo la medida clave para la prevención de esta enfermedad, que, además, debe ser acompañada por otros cuidados importantes.
Sobre eso, el subsecretario de Medicina Sanitaria de la cartera de salud provincial, el doctor Manuel Cáceres, puso de resalto que “la eliminación de criaderos de mosquitos es una responsabilidad de todos, porque es una tarea que debemos hacer cada uno en nuestros hogares, principalmente, en el patio, la vereda y los alrededores”.
Amplió que es fundamental “que nos tomemos un rato del día para recorrer el patio y desechar cualquier recipiente o restos de estos, que no usamos y que puede contener agua, de lluvia o de red, donde el mosquito luego va a ingresar a poner sus huevos”.
Entre esos objetos mencionó que pueden ser de diversos tamaños como tapitas de gaseosas, baldes, botellas, latonas, juguetes, comederos y bebederos de mascotas, floreros, latas, macetas y portamacetas.
Y explicó que hay otros que, aunque no puedan ser eliminados, pueden taparse herméticamente para evitar el ingreso del insecto, como el caso de los aljibes, tanques, cisternas, piletas de lona y otros que habitualmente se usan para acopiar agua.
Además, cuando tampoco pueden taparse, se les puede aplicar el larvicida Bacivec como otra medida preventiva, “ya que es entregado por los brigadistas cuando recorren las casas y sirve para matar a los mosquitos cuando están en su fase de larva dentro del agua y evitar así que lleguen a su etapa adulta cuando desarrollan alas y pican”, indicó.
“Si no tenemos el compromiso de hacer esa tarea todos los días, los recipientes se van a transformar en un reservorio donde van a nacer cientos de mosquitos, que cuando pican de una persona enferma a otra que está sana, transmiten el dengue”, agregó.
Aseguró acerca de lo anterior, que cuando menos mosquitos hay en el ambiente, menos posibilidades hay de que los virus del dengue circulen y de que se transmita la enfermedad. “Sin mosquitos no hay dengue”, afirmó contundente.
Vacunación
El funcionario sostuvo que otra estrategia más de prevención, que sumó el Gobierno de Formosa, es la aplicación de la vacuna Qdenga.
“Comenzó esta semana, más precisamente el lunes 30 de septiembre, en el Departamento Pilcomayo, porque por ser zona fronteriza es la más propensa a que ingresen por ahí los virus del dengue, debido al gran movimiento de personas que hay a diario”, precisó.
“Se está aplicando al grupo que tiene entre 35 y 39 años, porque según los datos que se vienen registrando, es el más afectado por la enfermedad en ese lugar de nuestra provincia”, aseveró.
En tal sentido, alentó a todas las personas que tienen esas edades “a que concurran a vacunarse a los centros de salud y hospitales de las localidades y colonias que se encuentran dentro del Departamento Pilcomayo. O bien, que aprovechen la visita de los vacunadores cuando llegan a las casas. Tiene tiempo de hacerlo hasta el viernes 4 de octubre”.
Otros cuidados necesarios
De igual modo, Cáceres hizo referencia a otras acciones de prevención que deben sumarse y concretarse diariamente como mantener el pasto corto en la casa y alrededor, tener el patio limpio y ordenado, colocar telas mosqueras en las puertas y ventanas o mantenerlas cerradas, sobre todo, en el horario de mayor actividad de los mosquitos, al amanecer y al anochecer”.
“Utilizar repelentes para evitar las picaduras y volver a aplicarlo como mínimo cada 2 o 3 horas, sobre la ropa y sobre la piel expuesta. Usar ropas de mangas y botamangas largas que cubran la mayor parte del cuerpo, más que nada cuando se va a permanecer al aire libre”, marcó con énfasis.